En Colombia las cosas marchan relativamente bien, pero pueden estar mucho mejor, afirma el premio nobel de Economía del 2010, Christopher Pissarides, en entrevista exclusiva con Portafolio.

Pissarides, quien participa en el VI Congreso de la Federación Internacional de Fondos de Pensiones Fiap- Asofondos, habló de cómo va la economía mundial y de los ajustes que aún le faltan a Colombia para mejorar su crecimiento.
 

El desempleo en Europa está en un máximo histórico reciente.
 

¿Cuál es la lección que destaca aparte del impacto de la crisis económica?
 

Que quienes diseñaron los programas de reducción de deuda se equivocaron de plano, al calcular el impacto que las medidas tendrían sobre el mercado laboral.
 

La manera de enfrentarlos ahora es buscar la manera de incentivar inversiones productivas, quizás con algún tipo de estímulo.
 

De lo contrario, no vamos a ver muchos avances porque hay cerca de 25 millones de personas desempleadas en Europa y apenas 2 millones de vacantes.
 

¿Cómo analiza entonces el debate entre austeridad y la necesidad de limitar los costos sociales?
 

Es claro que hay que reducir la deuda y también reformar el mercado laboral. En lo que hace a los objetivos, todo indica que ambos se van a conseguir.
 

El problema es la forma en que se están implementando y la oportunidad con que se ponen en marcha. Por otro lado, medidas como las que se pusieron en marcha en Chipre son totalmente equivocadas.
 

Precisamente, ¿le sorprendió lo que sucedió en su país (Chipre)?
 

Sobre todo por la reacción de la Unión Europea.
 

Ya se sabía que los dos bancos más grandes de Chipre estaban en problemas porque habían invertido mucho en bonos soberanos de Grecia, y cuando sucedieron los problemas conocidos, las entidades salieron muy afectadas.
 

El inconveniente fue obligar a los cuentahabientes de esos bancos a pagar el rescate, un error descomunal en términos de incentivos o de justicia, pues los depositantes no eran los culpables de lo sucedido.
 

¿Qué consecuencias puede traer eso?
 

Un problema de confianza. Si yo fuera español o italiano me cuidaría de no tener más de 100.000 euros en mi cuenta, porque el mensaje es que la Unión Europea puede llegar y tomar el dinero.
 

En respuesta, se ha dicho que el de Chipre fue un caso especial, pero nadie ha explicado por qué.
 

En general, ¿cómo ve la economía mundial?
 

Fuera de Europa, se ve más o menos bien. Incluso esta parecía haber comenzado a hacer las cosas bien, hasta lo que mencioné. Por su parte, Estados Unidos va mejor y el aterrizaje de China parece ser suave.
 

En lo que hace a las economías emergentes, continúan avanzando así se hayan moderado los precios de los productos básicos. En resumen, creo que hay una recuperación en marcha.
 

La directora del Fondo Monetario Internacional habló de tres escenarios en el mundo. ¿Qué opina?
 

Teniendo en cuenta que esa entidad ha contribuido a que el peor escenario sea el europeo, no sé por qué habla con tanta distancia.
 

Pero es verdad esa disparidad. Ahora, lo que uno espera es que el Fondo Monetario ayude a que todos andemos a la misma velocidad.
 

Esta es su segunda visita a Colombia en menos de un año…
 

Veo las cosas relativamente bien, pero podrían ser mejores. Cada vez que uno viene, se pregunta por qué este mercado laboral no funciona mejor y cuál es la razón para que el desempleo no sea del 5 por ciento o para que la informalidad sea mucho menor. Entonces, uno encuentra una situación peculiar de una economía que avanza, pero en donde el mercado del trabajo tiene una cantidad de distorsiones.
 

Yo pienso que si se hacen una serie de reformas graduales en este campo, el crecimiento podría ser mucho más elevado, casi milagroso.
 

¿Considera que lo hecho por la reforma tributaria, al disminuir los impuestos a la nómina, fue lo correcto?
 

Sin duda. Fue algo muy positivo. Pero hay que seguir en ese camino y enfrentar otros temas como el salario mínimo, quizás limitando su incremento solamente a la inflación hasta que el nivel actual descienda hacia un punto más razonable.
 

En el caso de la informalidad, ¿habría que hacer algo más?
 

No es bueno abrir demasiados frentes al tiempo. Es mejor concentrarse en las rigideces más grandes por ahora. Si se sigue con el ritmo de reformas iniciado, la informalidad debería bajar.
 

¿Cómo ve el debate sobre las pensiones y en torno a los regímenes que existen?
 

Creo que los sistemas que estén totalmente fondeados son los únicos sostenibles.
 

Hay que tener en cuenta que la edad promedio de la población está aumentando y, si a eso se le agregan las bajas tasas de natalidad y las dificultades para aumentar el recaudo de impuestos, el costo fiscal de un sistema público puede llegar a ser tan alto que lo hace insostenible.
 

También puede darse el caso en que las contribuciones deban ser subidas, lo cual puede agravar el problema de informalidad.
 

¿Propone regímenes de ahorro individual?
 

Esa es una manera, pero se le pueden incluir elementos redistributivos. Lo ideal es que exista cierto tipo de subsidios para hacer el sistema sostenible y equitativo.
 

¿Qué opina de cambiar ciertos parámetros, como la edad?
 

El más importante es la edad de retiro que en Colombia es muy baja. En primer lugar, debería ser igual para hombres y mujeres y, en segundo, debería ser incrementada gradualmente hacia los 67 años para todos, como ocurre en Europa.
 

¿Pueden coexistir dos sistemas?
 

Sí, pero en un periodo de transición con la idea de tener solo uno. Una vez más, el propósito importante es tener un sistema que sea sostenible.
 

Este va a ser el desafío más grande en un planeta en el cual la gente vive mucho más tiempo que nunca antes.

Tomado de:portafolio.co