En los países de América Latina este hecho ha sido más lento ya que existen marcadas diferencias en los salarios entre los dos sexos. Además en la ocupación de los cargos más importantes de las empresas, conocidos como “top management”.

Sin embargo, contar con mayores oportunidades académicas es uno de los factores que le ha permitido al sexo femenino realizar carreras profesionales más competitivas, lo que se traduce en una escuela dentro de la organización ya que en el rol empresarial pueden mostrar sus aptitudes y capacidades para el liderazgo laboral.

De acuerdo con Martha Pérez, socia y fundadora de Women In Business, quien cita estudios realizados por la profesora Connie Cárdenas, que investigó cuáles eran los parámetros diferenciales entre Colombia y los países de su entorno para que el número de mujeres ejecutivas fuera aquí mayor.

Ella detectó que aunque el país no llega aún al equilibrio de género en los niveles de “top management”, comparado con otros países de Latinoamérica, en el sector privado, claramente excede un buen número de mujeres en estos puestos de liderazgo: 75% son directoras, 50% están en cargos de segundo nivel y un 38% tienen un perfil de máximo ejecutivo.

“Es muy probable que los porcentajes más recientes pueden ser aún mayores. La razón puede estar en una cultura menos machista que los países del entorno, que valoran y premian los resultados conseguidos en el trabajo, independientemente del género del ejecutivo. La profesora Cárdenas concluye que si ella hace bien su trabajo y es una buena líder, será respetada y seguida”, explicó Pérez.

“Esto no ocurre en otros países del entorno. Si bien en ellos coinciden otros factores, como tener un nivel de educación similar, bastante alto; un apoyo doméstico (muy importante aún para la mujer que trabaja), e incluso el hecho de que ellas se casan más tarde para poder desarrollar antes una carrera profesional. Lo anterior no implica que se haya llegado a un punto de equilibrio, por lo que necesitamos encuentros en los que se puedan compartir mejores prácticas en igualdad de oportunidades e inclusión, explorar nuevos modelos de negocio que permitan a las mujeres desarrollar sus carreras, e incluso aprovechar los avances de la neurociencia para organizar mejores equipos directivos”, agregó la directiva de Women In Business.

El nuevo mercado emergente

De acuerdo con un nuevo estudio de Ernst & Young se define a las mujeres como el mercado emergente que impulsará el crecimiento económico, político y social en todo el mundo.

El informe indica que durante la próxima década el impacto femenino en la economía será por lo menos tan importante como el generado por las economías de China e India juntas.

“Es necesario aprovechar el potencial económico de la mujer, que equivale a tener un adicional de mil millones de personas en los negocios y en la fuerza de trabajo, que contribuyen a la economía global y estimulan el crecimiento”, cita el informe ‘High Achievers. Recognizing the power of women to spur business and economic growth’, publicado por la firma global de consultoría y auditoría.

Ernst & Young reconoce que las mujeres poseen alrededor de un tercio de todas las empresas en el mundo, y casi la mitad de esas organizaciones se encuentran en mercados desarrollados. Lo anterior parece confirmar la tesis de que las mujeres son el mayor mercado emergente del mundo, por lo que se espera que en la próxima década, ejerzan una influencia enorme sobre la política, el deporte, los negocios y la sociedad.

Sin embargo, el potencial del mercado contrasta con la realidad. Si bien es cierto que en la última década se ha duplicado el número de mujeres CEO’s de las 500 compañías Fortune, la participación de ‘ellas’ en este ranking sigue siendo de apenas el 3,6%. En las economías industrializadas del mundo, sólo el 11,1% de los directores de juntas directivas son mujeres, mientras que en los mercados de rápido crecimiento esa cifra cae al 7,2%.

Tomado de: Larepublica.com.co