Alrededor de 10.000 afiliados a los fondos privados de pensiones (AFP) se han jubilado teniendo que sacrificar una parte de su mesada, al verse obligados a negociar anticipadamente el bono pensional al que tenían derecho.

Además, un número no precisado de candidatos a pensionarse en este régimen ha tenido que esperar varios años para poder recibir su primera mesada y no correr la misma suerte de los otros 10.000 mencionados.

Quienes se han visto más afectadas por esa situación son las mujeres, quienes a pesar de cumplir con la exigencia de capital para pensionarse, incluido el valor del bono, su edad de jubilación en la práctica se elevó hace casi dos décadas a 60 años; la de los hombres a 62. Una ingrata sorpresa más para los afiliados al régimen de ahorro individual (Rais), administrado por las AFP.

Esa complicada situación se resume así: al expedirse la Ley 100 en 1993, que creó las privadas AFP, a los trabajadores que cotizaban en prima media, como en el Seguro Social, se les prometió un bono si se trasladaban a una de esas AFP, si cumplían ciertas condiciones.

Dicho bono entraba a hacer parte del capital para pensionarse ‘a cualquier edad’, como rezaba el caballito de batalla de los vendedores de las AFP. Lo que nunca se les dijo a los potenciales afiliados es que ese papel se podía redimir (hacer efectivo) únicamente cuando las mujeres cumplieran 60 años de edad y los hombres, 62. Solo en ese momento se suma a lo ahorrado y sus rendimientos para calcular la mesada de jubilación, si es que alcanza a coronar la pensión.

Sin embargo, si una mujer, por ejemplo, quería pensionarse a los 55 años tenía que vender anticipadamente el bono por un valor que, según denuncia, podía reducirse hasta en 45 por ciento (si, por ejemplo, al vencerse el bono su valor era de 100 pesos, el vendedor apenas recibía 55 pesos por la venta anticipada; le descontaban 45 pesos, que es la ganancia del comprador por tener ese papel durante cinco años), por lo cual la cuantía de la mesada bajaba dramáticamente.

Fueron muchos los disgustos, frustraciones y quejas de futuros pensionados con las AFP por esa situación que los dejaba en una posición de franca desventaja en su nuevo papel de jubilados.

Hace dos años, la Superintendencia Financiera expidió la circular 013 con la cual le dio vía libre a una nueva modalidad de pensión: retiro programado sin negociación del bono, dirigida a los afiliados de las AFP que desean pensionarse antes de la fecha de redención de ese título valor.

En el Ministerio del Trabajo consideran que la medida está bien encaminada, pues tiende a solucionar el problema del aplazamiento de la jubilación de muchos afiliados y/o de la pérdida de dinero al negociar anticipadamente el bono pensional.

No obstante, para usar la modalidad mencionada, que no ha tenido mayor publicidad ni de la Superfinanciera ni de las AFP, el aspirante debe cumplir una condición crucial.

En ese evento, la mesada que recibiría el pensionado se calcula sumando los aportes registrados en su cuenta de ahorros con los rendimientos que se hayan generado y el valor del bono pensional, pero este no se negocia, es decir, no se vende anticipadamente.

Pero se aplica la siguiente exigencia: en la cuenta de ahorros –sin tener en cuenta el valor del bono– debe haber suficiente capital para cubrir el 130 por ciento de la cuantía de las mesadas que se pagarán desde la jubilación hasta cuando se redima el bono.

La medida, como anota la cartera del Trabajo, es bienintencionada, al buscar proteger a las personas con derecho a bono y que quieren pensionarse anticipadamente –principalmente mujeres–, pero como lo observó un conocedor del tema no es fácil cumplir con el requisito del 130 por ciento dado el bajo nivel de aportes de la mayoría de afiliados.

 

 

Descuento por vender

De acuerdo con la información suministrada por una AFP, la tasa de descuento que le aplican a un bono pensional, que son papeles con baja liquidez, tiene como referencia la de los TES en UVR.

Si, por ejemplo, un TES en UVR que se vence en el 2015 se negocia hoy la tasa será de 1,97 por ciento; en consecuencia, la tasa del bono pensional será, aproximadamente, de 2,6 por ciento, lo que eleva a más de 4 por ciento el descuento para el bono. Vender este papel con una anticipación de 3, 4 o 5 años, aumenta lo que su propietario (potencial pensionado) debe entregarle al comprador.

JORGE CORREA C.
Redacción Economía y Negocios

Tomado de: https://www.eltiempo.com/economia/finanzas-personales/bonos-pensionales-na-atrasarian-jubilacion/14076755