Colombia ya es considerada hoy una nación de ingresos medios, pero no ha podido quitarse el lastre de ser una de las más desiguales, pues no ha logrado reducir la concentración de la riqueza en unos pocos: el 1 por ciento amasa el 20 por ciento de la fortuna.

Lo peor es que, cuando de pago de impuestos se trata, la plata parece esfumarse, puesto que ni siquiera aparece ese 1 por ciento de fortunas.

Así lo demuestra la dinámica que tuvo el pago del impuesto a la riqueza, el cual recae sobre patrimonios superiores a 1.000 millones de pesos. En el primer semestre del año fue aportado por 88.395 contribuyentes. De ese total, poco más de 52.000 son personas naturales, es decir, menos del 0,1 por ciento de toda la población.

Esto implica que en todo el país, solo hay 19 contribuyentes del impuesto a la riqueza por cada 10.000 habitantes (con base en la población de las ciudades del 2011, la más actualizada que hay, según el Dane), en parte porque no todos los que tienen altos ingresos se dejan ver ante la autoridad tributaria.

Si bien la cifra de aportantes del impuesto a la riqueza se incrementó frente al año pasado, al pasar de 53.199 pagos a 88.395, los resultados no encajan con un país en el que hay 15,7 millones de predios avaluados en 1.058 billones de pesos, según cálculos del Instituto Geográfico Agustín Codazzi (Igac).

En Medellín, más riqueza

 

La dinámica que tuvo el pago del impuesto a la riqueza, con el cual el Gobierno aspira a recaudar 4,85 billones de pesos en 2015, provenientes de 32.072 personas jurídicas (empresas) y 52.075 naturales, da cuenta de que en Bogotá están la mitad de quienes pagan el tributo: 44.320 contribuyentes. Pero Medellín, en donde pagaron el gravamen 14.513, lleva la delantera como la ciudad que tiene más concentración: 116 contribuyentes del impuesto a la riqueza por cada 10.000 habitantes, frente a 59 en Bogotá.

La capital del país, recuerda la Secretaría de Hacienda del Distrito, representa el 25 por ciento de la producción total del país (PIB) y, estadísticamente, el ingreso por habitante es de 24,3 millones de pesos, es decir, tres veces el PIB per cápita nacional.

Sin embargo, los responsables del tributo a la riqueza solo equivalen al 0,5 por ciento de la población.
Bucaramanga se ubica en el segundo lugar de ciudades con más proporción de responsables del impuesto a la riqueza: 64 por cada 10.000 habitantes. Allí pagaron el gravamen 3.380 contribuyentes, cifra similar a la de Barranquilla, con 3.151.

Llama la atención que, en un país en el que, según el Registro Único Empresarial y Social (Reus), hay 2,8 millones de empresas y en un año se crean 301.250 unidades productivas, solo existan 1.941 grandes contribuyentes que se metieron la mano al dril con este pago.

Después de Bogotá y Medellín, los números de los aportantes del tributo caen estrepitosamente. Por ejemplo, en Cali, ciudad que según el Igac cuenta con 67 millones de metros cuadrados construidos, avaluados catastralmente en 47 billones de pesos, solo pagaron 6.144 contribuyentes, lo que implica que hay 52 responsables por cada 10.000 habitantes (Cali es cuarto en el escalafón).

Muestran lo que son

 

Sogamoso, en Boyacá, sorprende al ubicarse sexta, por encima de la mayoría de las ciudades capitales. Con 115.000 habitantes, tuvo 348 contribuyentes del impuesto, lo que implica que hay 30 por cada 10.000 personas, es decir, una proporción que es la mitad de la que tiene la capital del país.

Algo similar sucede en Yopal, capital de Casanare, donde habitan 126.000 ciudadanos, mientras que los contribuyentes ricos fueron 369, lo que significa que hay 29 de ellos por cada 10.000 habitantes.

En estas dos poblaciones predomina la minería y extracción de petróleo como actividades económicas.

Con menos fortunas

 

La escasez de fortunas sigue adornando el cordón de territorios llamados periféricos. Es así como Mitú (Vaupés) se ubica en el último lugar, con 4 contribuyentes del gravamen a la riqueza, lo que significa que hay un rico por cada 10.000 habitantes. Esta ciudad, entre 2014 y 2015, le quitó el puesto a Inírida, en Guainía, que tenía 2 y ahora cuenta con 7 contribuyentes del impuesto. Allí hay 4 por cada 10.000 habitantes.

Otra de las ciudades que se disputan la cola del escalafón son San José del Guaviare (16 contribuyentes) y Puerto Carreño (Vichada); esta última, habitada por solo 14.767 personas, y 5 responsables del impuesto a los altos patrimonios.

Lujo camuflado

 

Con respecto al pago de impuestos en Colombia, el exdirector de la Dian Juan Ricardo Ortega señaló en el pasado que, tributariamente hablando, “los ricos en el país se creen de clase media”.

Ese hecho se hace visible en la medida en que la nación tiene una producción total anual (PIB) que supera los 700 billones de pesos y cuenta con ciudades que, no obstante de tener muchas viviendas lujosas y por tanto costosas, solo reportan 554 contribuyentes de riqueza, como Santa Marta; o Cartagena, que contó con 1.450 ‘dolientes’ del tributo, lo que, sin embargo, es una mejoría notoria, pues en el 2011 los aportantes del entonces llamado impuesto al patrimonio solo eran la tercera parte de la cifra de hoy.

En algunas ciudades, como Villavicencio y su área metropolitana, los tributantes del impuesto a los ingresos altos fueron 1.144, lo que podría ser razonable, teniendo en cuenta que esta es una ciudad en desarrollo.

No obstante, se recuerda el sonado caso de Saludcoop, ocurrido en Restrepo (Meta), donde se puso en evidencia que predios del resort Villa Valeria, construido por el expresidente de la EPS Carlos Palacino, aparecían avaluados en 8 millones de pesos y solo pagaban un impuesto predial de entre 21.000 y 35.000 pesos al año.

tomado de:https://www.eltiempo.com/economia/sectores/donde-viven-los-ricos-de-colombia/16045516