Al menos unos 4,2 billones de pesos permanecían ‘quietos’ en cuentas de ahorro inactivas del sistema financiero colombiano al cierre de marzo pasado.

La incapacidad de las personas para asumir los costos ocultos, comisiones e impuestos es la principal razón para que unas 15 millones de cuentas de ahorro permanezcan hoy casi que en el olvido.

Esta es una de las principales conclusiones del primer ‘Reporte de Inclusión Financiera’, el cual indica que los colombianos también desisten de usar sus cuentas debido a la alta informalidad e inestabilidad laboral, la incapacidad de ahorro, los fenómenos migratorios y la muerte de los titulares.

En el país, la apertura de cuentas de ahorro viene en aumento, al punto de que hoy superan las 39 millones, según la Asobancaria.

Sin embargo, el superintendente financiero, Gerardo Hernández, dijo que el 44 por ciento permanece inactivas, es decir, que en los últimos seis meses no registra ningún movimiento. Pero no todos los ahorros de dichas cuentas están en las arcas de los bancos.

Unos 180.000 millones de pesos han sido trasladados a la Dirección General del Tesoro de la Nación para su manejo.

Se trata, según fuentes del Ministerio de Hacienda, de recursos de cuentas que han cumplido más de un año de inactividad y cuyos saldos no superan los 70.000 pesos.

Esto, con el fin de dar cumplimiento al Decreto 2331 de 1998, expedido en el marco de la Emergencia Económica de finales de la década de los años 90.

Lo anterior no significa que los titulares de esos recursos o los que siguen bajo la custodia de la banca tengan que ‘echarles tierra’.

Los ahorradores o sus familiares, en caso de que el titular haya muerto, pueden solicitar el saldo correspondiente a la entidad donde se tenga la cuenta y en un plazo máximo de un día obtener el dinero.

El director general para el Acceso a Servicios Financieros de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores de México, Raúl Hernández Coss, consideró que el alto nivel de inactividad de las cuentas en Colombia podría obedecer a que las entidades no están ofreciendo productos interesantes a los consumidores, razón por la cual recomendó estructurar esos productos de acuerdo con las necesidades de las personas.

Incluso dijo que había que prestarle mayor atención a las llamadas Cuentas de Ahorro Electrónico (CAE), a través de las cuales el Gobierno atendía su programa de Familias En acción, pues muchas de esas 2,7 millones de cuentas también se estaban quedando inactivas debido a que los titulares temían que si ahorraban en estas, luego los sacaran de los programas de subsidios.

Pero abrir cuentas de ahorro y no utilizarlas acarrea costos y riesgos tanto a las entidades como a sus titulares, quienes quedan comprometidos a pagar cuota de administración cuando se tiene una tarjeta débito.

Carlos Arturo G.

Economía y Negocios

Tomado de: portafolio.co