Uno de los temas que dominó este miércoles 28 de noviembre en el debate sobre la reforma tributaria en el Congreso fue el del desmonte parcial de los parafiscales y los 8,5 por ciento de aporte a la salud que hacen los empleadores.

La controversia no solo se centró en el riesgo de desfinanciación de dos de las instituciones que más programas sociales manejan en el país (el Sena y el ICBF), sino en los beneficios que la iniciativa aporta a los más ricos.

El senador Jorge Robledo señaló que “la propuesta del Gobierno está descontándole ocho billones de pesos a los más pudientes, a través de la reducción del impuesto de renta a las empresas para cobrárselo a los pobres a través del incremento de varias de las tarifas de IVA, entre otras imposiciones”.

Esos ocho billones de pesos, que sería el monto para recaudar a través del impuesto a la equidad, son los previstos para financiar la demanda presupuestal del Sena y el ICBF, lo que para Robledo no será suficiente, pues “los parafiscales crecen año a año, mientras que el impuesto que los reemplaza no tendrá el mismo rendimiento”.

En respuesta, el coordinador de ponentes del proyecto, Ángel Custodio Cabrera, salió en defensa de la reforma y sustentó que no habrá desfinanciación y que se ha generado una política de desinformación al respecto.

Agregó que el impuesto a la equidad será planteado como un tributo de destinación específica para que se despeje la incertidumbre de que los recursos puedan ser utilizados en otras necesidades presupuestales del Estado.

Los impedimientos de los parlamentarios llovieron tanto como las proposiciones en el debate de ayer.

“Yo tengo medicina prepagada, yo tengo cuenta en AFC”, argumentaban los parlamentarios que solicitaban retirarse del recinto de la discusión.

Durante la jornada, que continuó este jueves desde las nueve de la mañana, el ministro de Hacienda, Mauricio Cárdenas, resolvió la avalancha de dudas de los congresistas acerca de las metas que tiene la reforma.

VOLVERÍAN A INCLUIR LOS RESTAURANTES, SALDRÍAN LAS PENSIONES

Una de las casi 100 proposiciones que pretenden introducirse para que hagan parte del paquete del ya abultado número de artículos de la reforma tributaria (hoy tiene 155), intenta volver a incluir el impuesto al consumo del 8 por ciento para los restaurantes, complementado con una rebaja del IVA que hoy es del 16 por ciento, al 8 por ciento.

La gravación de las pensiones onerosas, con un impuesto del 5 por ciento, también sería retirada del proyecto, si se acoge otra de las proposiciones de los parlamentarios, quienes señalan que el tema requiere una espera y, además, encajaría en la reforma pensional que intenta construir el Gobierno.

También hay propuestas encaminadas a incrementar la base gravable para la aplicación del impuesto a la renta de personas naturales, que hoy está en 3,3 millones de pesos. Los parlamentarios plantearían subirlo al menos a 4 millones de pesos.

Tomado de: Portafolio.co