Factores como el salario, tipo de contrato con que se cuente, los años que se lleve en el mismo empleo, el prestigio de la empresa y los beneficios adicionales que se reciban, son factores que por lo general nos atan a una empresa y oficio.

Con el paso de los años, los trabajadores empiezan a especializarse más en su trabajo, debido a que se genera un proceso denominado “curva de aprendizaje”, que hace que las labores que se realizan en la empresa tarden menos tiempo y esfuerzo y por tanto, sean más eficientes. Pero a su vez, con el tiempo los trabajadores sienten que su vida laboral es más monótona, a menos que sus jefes logren cambiar un poco las rutinas en los tiempos de trabajo, asignar nuevas labores, fomentar el aprendizaje de nuevas destrezas e incluso, patrocinar el estudio de posgrados o especializaciones relacionadas con la naturaleza de cada cargo, buscando el progreso de los mismos.

Sin embargo y a pesar de que algunas empresas están preocupadas por mejorar las condiciones laborales, llega un momento en el que (al igual que ocurre en la mayoría de situaciones en la vida), las personas sienten que han cumplido un ciclo dentro de la empresa o en una dependencia determinada.

Esto hace que cada vez sea menor el aprendizaje, que se reduzca la eficiencia y la motivación. Aunque este hecho pueda ser considerado como una crisis laboral y hasta personal, puede percibirse en realidad como una gran oportunidad para buscar un empleo diferente, o tal vez para considerar gestionar becas y financiación para realizar un posgrado en el país o en el exterior, crear una empresa o incursionar en nuevas inversiones financieras.

Esto con el fin de enriquecer la hoja de vida, los conocimientos, cambiar de estilo de vida, conocer nuevos sectores del mercado laboral, cambiar de compañeros de trabajo y por supuesto, emplear lo ya aprendido en una experiencia nueva que le permita a un trabajador ser valorado por esos conocimientos adquiridos en el pasado pero ante la posibilidad de crecer y evolucionar laboralmente.

Proyecto de Vida

Para tomar la decisión de cambiar de empleo o dejar el que se tiene por iniciar una nueva etapa en la vida, es necesario tener en cuenta cuál es el proyecto de vida que se tiene para los próximos años, no solo en lo profesional, sino también en lo personal.

Cuando somos capaces de responder esta pregunta de manera clara y contundente, es más fácil decidir si vale la pena quedarse un tiempo más en el trabajo actual, tal vez pensando en ahorrar para otra inversión o para financiar proyectos de estudio, o si es mejor renunciar o aceptar otro trabajo que aunque implique perder algunos beneficios actuales, contribuya a mejorar y ampliar el perfil profesional.

Lastimosamente, esta decisión no es tan sencilla y está relacionada con el grado de aversión al riesgo que tienen los agentes en la economía. Es decir, que tanto se está dispuesto a sacrificar de lo que se tiene actualmente para conseguir mejoras laborales en el futuro, hace que en ocasiones posterguemos la decisión de dejar el empleo actual o no seamos capaces de dejarlo nunca.

¿Me quedo o me voy?

A veces permanecer mucho tiempo en una empresa o trabajo, a pesar de la estabilidad salarial o contractual que esto implique, puede ser castigado por el mercado laboral, ya que cada vez la persona se encasilla más en un sector y labor específicos, por lo que cambiar de empleo será más difícil.

Por otra parte, con el tiempo es inevitable que la productividad del trabajo sea marginalmente decreciente, es decir, que aunque en el largo plazo las personas se especialicen en su labor, van perdiendo motivación, iniciativa y por tanto, su eficiencia puede verse frenada o reducirse.

Siempre es indispensable reconocer cuando se ha cumplido un ciclo en un trabajo, revisar los proyectos de vida y saber en qué momento y cómo concretarlos, tener claro cuánto más queremos estar en una empresa o saber si es el momento de irse, no sin antes tener asegurado otro empleo, proyecto académico o profesional.

Algunos síntomas que pueden considerarse como una señal de alarma para decidir cambiar de empleo son los siguientes:

Sentirse desmotivado con las labores actuales y en general con ir a trabajar la mayoría de los días.No estar conforme con el entorno laboral (jefes, compañeros de trabajo e incluso los clientes o personas con las que se está en contacto).Contar las horas para salir del trabajo con el fin de realizar otras actividades.Sentir que el trabajo actual ya no aporta nuevos conocimientos y que no está acorde con los proyectos académicos y profesionales futuros, en el mediano y largo plazoConsiderar que el salario y los incentivos que se reciben por el trabajo actual, no están compensando la formación académica y profesional que a la fecha se tiene.

Cualquier otro factor significativo que no nos haga sentirnos a gusto y al que no se le pueda dar solución, se debe tener presente como una señal para reflexionar de manera objetiva acerca de la posibilidad de considerar otros empleos, dedicarse a lo que realmente genere satisfacción, siendo conscientes del trade-off que existe entre dejar lo que se tiene actualmente y optar por algo nuevo, es decir, tener claridad de que a veces para tener un salario más alto en el futuro y una hoja de vida que demuestre mayor y mejor trayectoria profesional, puede implicar renunciar a la “zona de confort” que posiblemente nos da nuestra situación actual.

Por último,  es importante analizar que de la misma forma en que permanecer de manera prolongada en un trabajo deja de aportarle al trabajador nuevos aprendizajes e incluso le hace más difícil la búsqueda de nuevos empleos en el futuro, renunciar a un trabajo de manera muy pronta, también puede ser tomado como una señal negativa en el mercado laboral, ya que usualmente refleja inestabilidad, poca capacidad de adaptación o intolerancia a ciertas labores.

Es necesario estar un tiempo prudente en un cargo, aprender de él, de las personas que conforman nuestro equipo de trabajo, buscar obtener logros y reconocimientos en lo posible, pero a su vez, saber cuándo el proceso de aprendizaje y lo que le aportamos a una empresa es cada vez menor o nulo, para así tomar la decisión de darle un giro a nuestra vida laboral y optar por cambiar nuestro actual trabajo, sin olvidar que todo lo que se ha aprendido será una herramienta para más y mejores cosas en el futuro.

Tomado de: finanzaspersonales.com.co