Detectar una mentira que se dice intencionalmente y que podría hacer daño requiere de un estudio serio y profundo del comportamiento humano. Es importante ejercitar el don natural de la observación, la paciencia y la cautela para no llegar a conclusiones ligeras.

Así
lo indicó Rita Karanauskas, caza-mentiras profesional, al revelar que las mentiras o engaños en un 99% vienen antecedidas de ciertas señales. Por ejemplo, personas que presentan cambios repentinos en sus rutinas diarias o en sus hábitos y en su expresión verbal y no verbal.
 

“Al observar estas señales con atención, podemos darnos cuenta que hay fichas que no encajan y que nos indican que algo no anda bien”, comentó.
 

Cuando una persona está mintiendo, el miedo y el estrés profundos lo delatan, bien sea por medio de las palabras, el lenguaje corporal o la expresión facial, explicó Karanauskas, quien dictará un diplomado sobre habilidades y técnicas de detección de mentiras desde el 22 de mayo en la Universidad del Rosario.
 

Mentiritas para sortear el día a día
 

Las mentiras piadosas, es decir, las que no tienen la intención de afectar a alguien, son más difíciles de detectar. Esto se debe a que en la mayoría de los casos las personas no sienten miedo o estrés al engañar, pues piensan que al ser desenmascaradas no arriesgan o pierden algo significativo, señaló.
 

Para la experta, las mentiras piadosas son bálsamos sociales que ayudan a las personas a vivir y a sortear el día a día y, en ese sentido, presentan un alto contenido de bondad.
 

“Técnicamente el que dice una mentira piadosa, la mayoría de las veces siente que no miente. Por ejemplo, cuando alguien va llegando tarde a una cita dice es que estoy en un trancón o ya estoy llegando. Así mismo, existen formas socialmente aceptadas para mentir: gusto en conocerte, estoy para servirte o estoy para lo que se te ofrezca”.

Tomado de:dinero.com