No se trata de convertirse en el empleado favorito, sólo de agradarle a su superior, para tener mejores resultados en su gestión. Sin embargo, si en el proceso se convierte en preferido, tenga en cuenta siempre estas reglas, sea para mantener su buena imagen o para alcanzarla ante sus superiores.

1. Trabajo:

Está claro que a una empresa se va a trabajar, pues bien la confianza que pueda generarle a su jefe, depende en principio de lo bien que haga su trabajo. Hacer cumplidos, y ser condescendiente es algo pasajero, que si no está sustentado en un buen rendimiento, tenderá a desvanecerse.


2. Ser emotivo:

Observe cómo se comporta su jefe y reaccione ante los problemas que se plantean en la jornada laboral y deje constancia de que cuenta con su apoyo. Tenga cautela a la hora de traspasar la línea que separa lo personal y lo profesional. Algunos jefes son muy celosos de su vida privada.


3. Tome la iniciativa:

No espere a que el jefe le encargue algo. Recuerde que está ahí para aportar soluciones no para plantear problemas. Recuerde no criticar todo y quejarse constantemente, pues la idea es demostrar el liderazgo y no su negatividad y poca gestión ante lo que falla.


4. Nada de chismes:

No utilice la rumorología, sea del tipo que sea, para ganarse la confianza de su jefe. Céntrese en su trabajo, convertirse en un chismoso no es la mejor ruta para hacer carrera.

5. Confianza y seguridad:

Son virtudes que apreciará su jefe. Recuerde que los líderes necesitan apoyarse en personas seguras de sí mismas, que actúen con firmeza y contribuyan a atenuar la incertidumbre que a veces aparece en la gestión diaria.

Tomado de: finanzaspersonales.com.co