La negociación del aumento del salario mínimo que regirá el año entrante se hará en medio de un ambiente de tensión que, eventualmente, puede dificultar un acuerdo.


Para este miércoles está previsto el inicio del diálogo, en la Comisión de Concertación de Políticas Salariales y Laborales, donde se encontrarán los voceros de los empresarios, de los trabajadores y del Gobierno.


La discusión de la reforma tributaria abrió más que una fisura en las relaciones de los gremios de la producción con el Gobierno, al punto de que el presidente de la Andi y del Consejo Gremial, Bruce Mac Master, expresó su “decepción” por lo aprobado el pasado miércoles.


Los trabajadores y los pensionados están más que molestos con el Ejecutivo, al que acusan de incumplir el compromiso de llevar una iniciativa al Congreso para reducir del 12 al 4 por ciento el aporte a salud de los jubilados y comenzar el debate para que el reajuste de la mesada pensional sea igual al del salario mínimo y no a la inflación, como sucede actualmente.


“Ese es un tema que le quitó bastante credibilidad al Gobierno”, manifestó el presidente de la Central Unitaria de Trabajadores (CUT), Luis Alejandro Pedraza.


Por otra parte, los empresarios y un sector de los trabajadores rechazaron, por razones opuestas, la propuesta del ministro del ramo, Luis Eduardo Garzón, para reformar la jornada laboral, que reduce en dos horas el componente diurno y las aumenta en el nocturno.


A lo anterior se agrega el hecho de que la Confederación General del Trabajo (CGT), que quizá obtenga el apoyo de la CUT y de la CTC, quiere darle un vuelco a la mecánica de negociación del mínimo.


El presidente de la CGT, Julio Roberto Gómez, dijo que la dinámica siempre ha sido la de que los trabajadores ponen sobre la mesa la demanda cuantificada del incremento del mínimo. Lo que el vocero sindical propone es que ahora el Gobierno y los empresarios tomen la iniciativa y planteen una cifra. A partir de esa oferta, agregó, las centrales obreras podrían “buscar unificar una propuesta”.


Pero otros afanes, como la reforma impositiva en ciernes, han copado la atención de los empresarios y, como lo afirmó Mac Master, no tendrán una posición definida antes del arranque de la negociación del mínimo este miércoles, y menos con lo que tienen en este momento en torno a la reforma tributaria.


Mac Master, que fue viceministro de Hacienda y director del Departamento para la Prosperidad Social en el primer gobierno de Santos, no desaprovechó la oportunidad para reiterar que son grandes defensores de la actividad económica, de la competitividad del país, de la generación de empleo, de la reducción de la informalidad. “Por eso –agregó– creemos que el país tiene que ser muy cuidadoso con las decisiones que tome ahora. Colombia se ufana de ser un país responsable con las finanzas públicas. Pues hay que ser responsable con toda la actividad pública.”


Según el cronograma de negociación, que debe finalizar a mediados del mes, este miércoles el Banco de la República y el Ministerio de Hacienda presentarán el estado de la economía colombiana y la situación fiscal. El viernes el turno será para empresarios y trabajadores.


Lo más probable es que, para el reajuste, se acuda al esquema de siempre –aunque en un entorno evidentemente conflictivo por las razones anotadas–, que incluye elementos como la inflación causada y la esperada, la productividad, el crecimiento de la economía, el mercado laboral (empleo y desempleo), la participación del trabajo en el valor agregado, etc.


Pedraza dijo que la CUT y la CTC están analizando, con el apoyo de economistas externos, toda la situación económica y social, pero, sobre todo, están a la espera de los datos oficiales sobre las variables mencionadas, que serán la base de la discusión. “Aún no tenemos una cifra para plantear”, señaló el directivo.


Julio Roberto Gómez, por su parte, reafirmó que cada central obrera está elaborando sus propios documentos, pero que, “iniciada la negociación, cuando se comience a hablar de cifras, seguramente vamos a tratar de unificar una posición”.


Debate de ingreso vital


El presidente de la CGT aspira a que, más allá del incremento del salario mínimo, comience a debatirse la fijación de un salario mínimo vital, que, por lo menos, debe ser igual a lo que cuesta la canasta familiar para las personas de ingresos bajos, que, aseguró, es de 1,3 millones de pesos, es decir, el doble de la remuneración básica de este año, que es de 616.000 pesos.

tomado de:https://www.eltiempo.com/economia/finanzas-personales/salario-minimo-del-2015/14911477