Ricardo Hausmann, director del Centro para el Desarrollo Internacional de la Universidad de Harvard, hizo un balance sobre la economía colombiana, y aseguró que el país tiene un buen nivel de blindaje frente a los riesgos que se ciernen sobre las naciones emergentes.

“Me encantaría ver que en una de las locomotoras de la economía aparezcan más claramente las actividades de exportación de bienes o de servicios”, señaló.

Hausmann habló con Portafolio sobre las fortalezas, los riesgos y las oportunidades que tiene el país en el panorama económico global.


¿Qué significado tiene para la economía global el hecho de que EE. UU. desmonte los estímulos, pero Europa esté bajando las tasas de interés?

La política monetaria norteamericana ha sido mucho más vigorosa que la europea y, como consecuencia de eso, Estados Unidos se ha venido recuperando más rápido que Europa.

En la zona euro ha habido un buen crecimiento en Alemania y en España, pero el resto de países de la región están bastante emproblemados.

Vemos que Europa empieza a moverse hacia la aceleración.


¿Cómo pueden reflejarse estas fuerzas en países como Colombia?

Has dos efectos. El primero, es que la noticia implica mayor debilidad del euro. Y uno esperaría ver un debilitamiento, pero no necesariamente un fortalecimiento del peso colombiano frente al dólar.


¿Cómo analiza la caída del PIB de Estados Unidos en el primer trimestre?

El mercado ha estado bastante confundido.

El interrogante sobre qué tan significativo es este resultado en el mediano plazo aún no tiene respuesta.

En todo caso, el mercado de bonos lo ha tomado como una señal de que nivel de crecimiento de los Estados Unidos es más lento de lo que se pensaba y que el ritmo de PIB seguirá siendo bajo, por lo tanto, la Reserva Federal se va a tomar más tiempo en subir los tipos de interés, y eso ha llevado a una caída de las tasas a lo largo de una curva de rendimientos.

Este hecho sugiere que el mercado cree que la economía estadounidense no está recuperada y que las esperanzas siguen siendo tímidas.


Hay una evidente desaceleración de la economía china. ¿Le preocupa el tema?

El crecimiento de China tiene que ser de preocupación para todo el mundo, porque es una economía muy importante y tiene un enorme impacto sobre el resto del mundo y sobre Latinoamérica.

El Gobierno de ese país ha estado tratando estabilizar su economía en un ritmo del 7 y el 8 por ciento, y eso lo ha llevado a frenar la inversión en ciertas provincias y, si uno excluye alimentos, el precio de los demás bienes en china muestran hasta una deflación.

Entonces, la pregunta es si el Gobierno va a poder estabilizar el ritmo de crecimiento al que aspira.

En este momento, el gobierno chino no ha mostrado preocupación excesiva sobre este tema porque los cartuchos que tiene para acelerar la economía no los está usando.

Esto trae como consecuencia cambios en la composición de la producción y la demanda que van a ser difíciles de gestionar.

Hay deudas contratadas para proyectos donde hay el temor de que pudieran generar quiebras o incumplimientos en ciertas inversiones, lo que tiene un poco cauto al mercado.


¿Cree que China comienza a ser un riesgo para la inversión?

Yo creo que, en el escenario actual, el Gobierno chino tiene más o menos el control de la desaceleración.


¿Qué países están en este riesgo?

Ahí están involucrados especialmente los países de América del Sur que exportan commodities, como el caso de Colombia, Perú, Chile, Argentina, Venezuela y Brasil.

Para países como México la situación se presenta de manera distinta, porque ellos son más exportadores de productos manufacturados. Esto significa que son menos sensibles a los términos de intercambio.

Los países que más se afectan son los que dependen en gran medida de las importaciones de China.

En cambio, México compite con China en terceros mercados y se va a ver beneficiado porque los salarios en China están aumentando. Eso les va a crear más espacios de crecimiento a sus exportaciones.

Por su parte, Brasil, Rusia y Sudáfrica van a estar en una situación muy distinta a la de India y China.


¿Usted cree que Colombia aprovechó bien el auge de las exportaciones y de los buenos precios de los ‘commodities’?

Los años buenos pasaron y lo “bailado nadie se los quita”. Se hizo lo que se hizo. Algunos países aprovecharon para acumular importantes activos externos, otros lo hicieron para incrementar su ritmo de inversiones, y otros sencillamente lo consumieron o lo gastaron.

Venezuela, por ejemplo, ha estado gastando como si el precio del petróleo estuviera en 220 dólares el barril y no en los 100 dólares que está en la realidad.


¿Y cómo ha visto a Colombia en este aspecto?

En el caso de Colombia creo que ha habido un buen crecimiento, aunque no se generó mucho ahorro externo, pero se consolidaron las cuentas fiscales.

El país está bien plantado para enfrentar una dificultad externa, a diferencia de Perú y Chile, donde el precio del cobre ha caído mucho, mientras que no ha bajado el precio del petróleo, lo que le da más solidez a Colombia.

Por eso es que el desempeño relativo de Colombia ha sido positivo. La economía se está acelerando este año mientras que la situación se ve más comprometida en Chile y Perú.


¿Qué opina del hecho de que la construcción sea ahora el motor de la economía colombiana y no el petróleo?

Colombia tiene un déficit de infraestructura gigantesco y le ha tomado muchísimo tiempo poner proyectos de infraestructura a caminar.

Ahora mismo el país tiene un megaplan de iniciativas importantes, de modo que en lo que respecta a las obras de infraestructura, yo esperaría que haya un aumento sustancial de la inversión por muchos años.

En el caso de la construcción, imagino que habrá estratos y ciudades en particular en las que haya algo de exceso de oferta en el corto plazo, pero la opinión general es que Colombia es hoy un país más rico de lo que era, con tasas de interés más bajas que antes y, por tanto, las familias quieren vivir en apartamentos mejores y más grandes, eso debería llevar a una expansión sostenida de la actividad edificadora.

Yo esperaría ver que en el proceso de crecimiento de Colombia en los próximos años, el sector de la construcción juegue un rol clave y no inestable.


¿Qué debería tener la política exportadora y cómo integrarla a la política industrial?

Creo que la política tiene que ir hacia un estímulo más agresivo a inversiones en actividades exportadoras, a una promoción más estratégica de promoción de la inversión extranjera en el sector exportador, especialmente en actividades que no involucre la explotación de recursos naturales, y que sí lo hagan en conocimiento y destrezas humanas, pero que contemplen una coordinación más clara entre la atracción de inversiones como el entrenamiento laboral.

Creo que, desde ese punto de vista, hay mucho que aprender de los esfuerzos que está haciendo una región como Antioquia.


¿Qué sectores deberían ser los llamados a liderar el crecimiento de las exportaciones en Colombia?

Creo que la señal tiene que ir dirigida a todos los sectores con potencial exportador.

El Gobierno debe decirles que si están interesados en el tema, los escuchará y les ayudará a resolver los problemas.

No es una cuestión de enviarles señales a uno y dejar a los demás por fuera. Esta no es una cuestión de subsidios, sino de proveer bienes públicos, coordinación de los esfuerzos y en las inversiones de infraestructura.


¿Cómo recuperar la industria?

No soy amigo de los subsidios, pero sí de resolver los problemas mediante oferta de bienes públicos y coordinar para resolver problemas en la cadena de valor y el acceso a nuevos mercados. La disponibilidad de financiamiento es clave.


Usted dice que no es amigo de los subsidios. ¿Qué opina de las medidas del Gobierno adoptadas para solucionar la inconformidad de los productores agropecuarios?

Yo no soy un gran conocedor del tema.

Sé que en el caso del café, las zonas productores se tienen que modernizar porque de lo contrario se volverán inviables. Hay que buscar otras formas de cultivar café o moverse a otras actividades. La transición tecnológica de este sector es estratégica.

Los subsidios son pan para hoy y hambre para mañana.


¿Qué ajustes deberá tener la economía colombiana?

No pretendo saber todo de Colombia. Lo único que puedo decir es que el país debe hacer más cosas de las que se están haciendo en Antioquia.


Como venezolano, ¿cuál es su opinión sobre la economía de ese país?

La economía venezolana vive una catástrofe. El Gobierno ha sido incapaz de estabilizarla o de adoptar políticas coherentes.

Entonces se profundiza el caos. La inflación de este año va a ser superior al 100 por ciento y la economía se contraerá de manera fuerte. El desabastecimiento es crónico y no se ven soluciones.


¿Cuáles deberían ser los motores de la economía local?

Yo creo que la economía colombiana necesita una mayor expansión de sus exportaciones, porque exporta poco como porcentaje del PIB per cápita y el crecimiento de las ventas al exterior ha estado muy dominado por los buenos precios del petróleo.

Por ejemplo, el sector de la construcción es un sector no transable. Es decir, el crecimiento se da con base en importaciones y eso genera un desfase en las cuentas externas del país. Eso no es sostenible.

Para que la expansión de la construcción se dé de manera sostenida debe estar acompañada de un incremento de las exportaciones del país.

¿Y cómo aumentar las exportaciones?El país ha firmado acuerdos de libre comercio y ahora viene la tarea de encontrar y hacer negocios con los países con los cuales ha firmado esos tratados, para abrirse espacio en esos mercados. Ese no es solamente un tema de política nacional, sino que debe estar en la agenda de los grupos económicos importantes.

Muchas de las inversiones de los grandes grupos están en áreas que no tienen vocación exportadora. Me encantaría ver que en las locomotoras de la economía figuren las ventas externas de bienes o de servicios.


Luisa Gómez R.

Economía y Negocios

Tomado de: https://www.portafolio.co/economia/entrevista-ricardo-hausmann-la-universidad-harvard