La identificación de lugar, entendida como el síndrome de la ubicación, es algo que, al no ser adecuadamente tratado, pude generar ventajas o desventajas competitivas que contribuyan o desalienten los sistemas de creación de valor en la cadena productiva.

En este aspecto, es mucho lo que se ha venido discutiendo desde principios de la década de los 90s, respecto de la importancia de considerar la posición estratégica de ubicación geográfica en función de la proximidad física que deben tener los agentes relacionados en el proceso de producción. (Strategy and location, https://www.youtube.com/watch?v=vBvTnLIhg3c)

Son evidentes las ventajas que se logran cuando los diferentes agentes productores se aproximan y se localizan en los mismos espacios geográficos, con el fin de lograr economías de escala en la contratación de los suministros de bienes y servicios que consumen y la forma como se comparten las experiencias y se acoplan las voluntades a objetivos que son, por la proximidad espacial, más fácilmente compartidos.(Clusters, https://www.youtube.com/watch?v=bvmd2pcClZQ)

Sin embargo, se puede apreciar, en los procesos de globalización, cómo: los equipos electrónicos que tenemos en nuestra casa; el carro que usamos; las máquinas con las que trabajamos; etc.; están compuestos de infinidad de partes que han sido desarrolladas y producidas en múltiples países, totalmente diferentes, a miles de kilómetros de distancia del punto de ensamble, para alcanzar ventajas competitivas de la organización que, al final de la cadena, las vende a los clientes, esperando el éxito comercial que reditúe el cúmulo de esfuerzos realizados. Es así como se conforman virtualmente los “clusters” (https://www.youtube.com/watch?v=-UWR4e16E3U) que desafían la ubicación geográfica para lograr aproximaciones, muchas veces, más eficientes que las que se alcanzan por la mera proximidad geográfica de los relacionados.

Pensar en que, por efectos estratégicos de abastecimiento de determinados bienes y servicios, pueda ser posible que, algunos eslabones de la cadena, se asocien en condiciones de lugar físico, no implica descartar las inmensas posibilidades de asociación que generan los acoples virtuales de eslabones que, independientemente de su localización geográfica, pueden encontrar, por vía de la modernización de las comunicaciones, oportunidades de asociación que brinden, en términos de cooperación, excelentes oportunidades de captación de mercados para  las cadenas productivas.

De la participación de las regiones.-

No puedo dejar de hacer alguna referencia al proceso de estímulos al desarrollo que, a mi juicio, equivocadamente, se ha aplicado en algunos países como  Colombia. En esto, ha tenido que ver, en buena medida, un errado sentido de regionalización en que, cada uno, quiere hacer lo mismo que hace el otro, pero mejor. No por la vía de sus propios esfuerzos y las ventajas que su región le brinda, sino por la de consecución de recursos procedentes de un Estado que, a cambio de favores electorales y respaldo legislativo de los representantes de las mismas en los organismos legislativos, reparte los recursos escasos, como medio para borrar las diferencias; desconociendo que estas se deberían mantener y promover, con el fin de afianzar características particulares que constituyen diferencias comparativas que , bien administradas, podría ser aprovechadas para explotarlas y convertirlas en ventajas competitivas que brinden oportunidades reales de intercambio, resultado de la cooperación que se debe dar en medio de las diferencias.

De las relaciones de intercambio.-

Esas relaciones de intercambio se dan porque alguien tiene el billete y otro tiene el producto. Si ambos tuvieran billete y ninguno tuviera producto, o viceversa, el intercambio no se podría dar.

Esta relación de intercambio, es la base de la cooperación y las alianzas que, a modo de reflejo de lo que sucede en medio de la globalización, se debe repetir entre las regiones, como medio estratégico determinante del desarrollo nacional.

Es la función de complementariedad, entre la producción y el mercado, que se debe dar promoviendo la formación de “clusters” que requieren asociarse en función de las ventajas competitivas que comparten, para promover el intercambio regional y hacer las primeras experiencias de producción a escala que, posteriormente, les permita exportar con mayor posibilidad de éxito, en la medida en que vayan superando sus limitaciones, por el camino de la creación de la mentalidad exportadora inherente a los procesos de globalización empresarial.

Tomado de: https://www.portafolio.co/opinion/blogs/carta-gerencia/clusters-y-cadenas-suministro