Más allá de que hoy el Congreso apruebe mucho o poco del proyecto de reforma tributaria, tal como quedó la ponencia en discusión para las plenarias, sus modificaciones más protuberantes al Estatuto de Impuestos, serán un dolor de cabeza para los contribuyentes a partir de 2013.

Así se concluye después de consultar a expertos en gestión tributaria de la firma KPMG Impuestos y Servicios Legales, quienes ven con preocupación cómo se desdibujaron los criterios de simplificación y eficiencia que buscó la reforma en tributaria, en un principio, acorde a las normas internacionales que buscan evitar la evasión y elusión de las obligaciones impositivas.

El primer dolor de cabeza será para las empresas, pues la tributación efectiva será mayor con la creación de la Contribución Empresarial para la Equidad (Cree), nuevo gravamen sobre las utilidades que reemplazará ocho puntos del impuesto de renta. “Habrá dos sistemas de depuración sobre dos bases gravables diferentes, lo que implicará mayor operatividad para las empresas en su contabilidad ordinaria como en su liquidación”, señala Camilo Rodríguez Vargas, director de Impuestos esa firma consultora.

Pero el lío también será para la Dian, que ahora tendrá que vigilar y supervisar más subsistemas con el nuevo Cree, que incrementa la base de tributación de las pequeñas y medianas empresas (por la progresividad del impuesto) y de las zonas francas que se creen por el impuesto, por dar dos ejemplos.

En el caso de las personas naturales, el dolor de cabeza será mayor. El nuevo Impuesto Mínimo Alternativo Nacional (Imán) no solo obligará a pagar más, sino que es obligatorio, no alternativo.

“A la persona le toca depurar su renta ordinaria y la renta a través del Imán y es diferente acorde al sector económica que generó el ingreso y no tiene en cuenta beneficios de los ingresos no constitutivos como pasa en régimen actual”, explica Carlos Alberto Bernal Botero, socio de KPMG.

De ahí que esta firma especializada sugiera una implementación del Imán que sea progresiva y, de paso, evitar que el remedio tributario sea peor que la enfermedad.

Tomado de: Elcolombiano.com