Hace unos años cuando se hablaba de educación no formal, a muchos colombianos se les venía a la cabeza las “universidades de garaje”, con programas sin vigilancia por parte de entidades gubernamentales y sin garantía de calidad alguna. No obstante, esta opción de formación posterior al bachillerato –ahora denominada Educación para el Trabajo y el Desarrollo Humano (ETDH)- constituye una alternativa a la educación superior cada vez más relevante y representa un gran potencial de desarrollo para el país.

 

En ese proceso de transformación de la ETDH están trabajando de la mano el Ministerio de Educación, el Sena y cerca de 500 instituciones privadas agremiadas en Asenof. Por ello, además de buscar cambios en la normatividad educativa para brindar mayor proyección a la ETDH, se establecieron unas normas técnicas de calidad para evaluar de manera permanente el nivel educativo en el sector.

 

Estas norman evalúan dos frentes: el institucional (a través de la norma técnica NTC 5555), para los centros de formación para el trabajo; y los programas que dichas instituciones ofrecen, a través de seis normas técnicas que abarcan los diversos tipos de programas que se ofrecen.

 

Estas herramientas han evidenciado un déficit en centros que garanticen calidad a sus alumnos.

 

Según cifras del Ministerio de Educación, de las 3.499 instituciones de ETDH que existen en Colombia, solo 196 cuentan con la certificación de calidad institucional. Y de los 17.527 programas registrados, únicamente 982 están certificados en las normas técnicas de calidad.

 

El panorama no es mejor si se mira en conjunto el funcionamiento de todas las instituciones en el país. De acuerdo con el Ministerio de Educación, la oferta de esta formación no es homogénea y, por el contrario, “existe una multiplicidad de instituciones públicas y privadas con niveles distintos de desarrollo, con variados portafolios de programas de niveles de calidad y tiempos de duración distintos, sin coherencia, articulación o vinculación entre sí”.

 

En este sentido, el rector del Instituto Metropolitano de Educación, IME, Jaime Pérez, advierte que la calidad en la ETDH es muy similar al de todo el sistema educativo: “Muy precario. De las más de 3.000 instituciones de educación para el trabajo solo alrededor del 8 por ciento tiene certificaciones de calidad, lo cual se acerca mucho al porcentaje de instituciones de educación superior acreditadas con relación al número total. El sistema de calidad en Colombia, en bachillerato, en formación para el trabajo y en formación universitaria, es muy incipiente y a nivel internacional estamos muy mal”, puntualiza.

 

PROBLEMA

 

FALTAN PLANES PARA CALIDAD

 

El crecimiento de los programas e instituciones de Educación para el Trabajo y el Desarrollo Humano no ha ido de forma paralela con las “acreditaciones” necesarios que aseguren a sus estudiantes la calidad de los programas que estudien en ellos.

 

SOLUCIÓN

 

CERTIFICARSE ES LA OPCIÓN

 

Blanca Inés López, rectora de Compuestudio, reconoce que se han hecho  auditorías a las instituciones certificadas. Jaime Pérez, rector del IME, señala que el Ministerio de Educación y Asenof “han hecho grandes esfuerzos por fomentar la calidad en las instituciones y para que se certifiquen”.

 

EN DEFINITIVA

 

Faltan política más claras sobre la calidad en los programas e instituciones de educación para el trabajo y el desarrollo humano. Asenof y el Mineducación trabajan en ello.

Tomado de: https://www.elcolombiano.com/BancoConocimiento/C/calidad_un_reto_para_la_formacion_para_el_empleo/calidad_un_reto_para_la_formacion_para_el_empleo.asp