En manos del Gobierno quedó la fijación del aumento del salario mínimo para el año entrante ante la falta de un acuerdo entre los empleadores y los trabajadores, que ayer tuvieron su última reunión y cuyo resultado estaba cantado.

En otras palabras, la concertación buscada en la Comisión Tripartita, donde también participa el Gobierno, fracasó; las propuestas de aumento de las centrales obreras y los empresarios no se movieron de sus posiciones iniciales.

Las organizaciones sindicales no unificaron sus peticiones, que fueron: 7,85 por ciento la CGT, 8 por ciento la CTC y 10 por ciento la CUT, mientras que los empleadores propusieron 3,5 por ciento.

Para el presidente de la CGT, Julio Roberto Gómez, la posición de los gremios empresariales “fue profundamente egoísta, pues significaba aumentar 19.835 pesos a los actuales 566.700 pesos” y recordó que el vicepresidente Angelino Garzón calificó esa oferta de ‘miserable’ y agregó que es un insulto a la clase trabajadora.

La decisión del Gobierno ya comenzó a ser cocinada y se conocerá la semana entrante; en todo caso, estará por encima de la oferta de los empresarios, pero alejada de las peticiones de las centrales y podría estar entre 4 y 4,2 por ciento, según los analistas.

Este año, la reforma tributaria quedó en la mitad de las negociaciones entre empresarios y trabajadores.

Tomado de: Portafolio.co