Desde que sale de su casa y toma el transporte para llegar al trabajo, su vida se convierte en una película a la que le da “play” día a día. Nada es diferente. Ni la ruta que toma, ni el trabajo que hace de 8:00 a.m. a 6:00 p.m.
Perfectamente podría activarse en modo automático y mirar cómo transcurre el minutero en su reloj.

Habla con los mismos de lo mismo, saluda a la misma cantidad de personas, se toma el café a la misma hora de la mañana y en la misma cafetería, visita los mismos restaurantes, repite los mismos menús a la hora del almuerzo, llama por teléfono, envía informes, y así finaliza su jornada laboral.

Nada diferente ocurre. Quizá algunas profesiones no tengan un ritmo diferente de lunes a viernes, sino que al contrario, su desempeño sea cíclico.

Esto ha empezado a invadirlo de tedio. El aburrimiento se hace cada vez más evidente y quiere encontrar algunas herramientas que le ayuden a cambiar el matiz de su rutina laboral.

Estas son algunas recomendaciones a tener en cuenta.

¿Qué podríamos hacer para romper la rutina o hacer más divertido el día a día en el trabajo?

Lo esencial es que nuestro trabajo esté en nuestro corazón, que nos apasione, que podamos sentirnos realizados y plenos a través de lo que hacemos. Esta es la opción ideal, aunque en algunos casos no es así.

Como ‘coach’ desde hace más de 15 años, sé que una de las tácticas es incluir “Pausas Productivas” en la jornada de trabajo para aumentar la energía, pues el trabajo demanda energía física, mental y emocional lo que hace necesario que la renovemos durante el día.

Se trata de una curva productiva. Este término está relacionado con la energía que se dispone para realizar el trabajo. De esta manera algunas personas inician el día con una curva productiva alta y otros con una curva productiva baja. En ambos casos lo que recomiendo es implantar “pausas productivas” que permitan elevar la energía disponible para realizar la gestión diaria.

Con las “Pausas Productivas” el cerebro renueva las energías gastadas y produce la energía necesaria para retornar a la “intención”, “la atención” y “la concentración” que requiere la actividad laboral.

La “Pausa Productiva” es ideal realizarla durante 5 minutos cada vez que sea necesario, y consiste en hacer un reto metal, caminar, levantarse por un café.

¿Qué no hacer ante el tedio? Por lo general el empleado empieza a quejarse día a día

Nuestros pensamientos inciden en nuestras emociones, en la forma en la que hablamos, y por ende en las acciones que emprendemos. Se debe pasar de la queja a la propuesta.

En realidad la queja es una actitud facilista, nos deja en la situación de “yo no puedo hacer nada con esto que me está pasando”. Pasar a la propuesta implica llevarnos a la acción, a hacernos dueños de las circunstancias, a transformarnos en los seres que estamos destinados a ser.

¿Y cuándo es hora de cambiar de trabajo, porque no nos satisface o porque ya se cumplió un ciclo?

Cuando sienta que el trabajo es una obligación o que no representa un reto para nosotros o que no estamos aprendiendo algo nuevo.

Lista

A combatir el tedio

La profesional Bibiana Cortázar lo invita a seguir este paso a paso para que mejore su mirada frente al día a día laboral.

El trabajo como reto

Una pauta es convertir el trabajo en un reto, un reto con usted mismo, hacerlo más rápido, hacerlo con creatividad, buscar formas de llegar al resultado de formas diferentes.

Un cerebro feliz es más productivo

Permita en usted la alegría, permita el sano humor, pues esto genera un buen clima organizacional, construye relaciones armónicas. No entre en conflictos o rencores en su trabajo. Procure un ambiente feliz.

Diálogo interno

Combatir el diálogo interno negativo es tarea permanente. “Nos han enseñado a pensar en negativo, a ver el lado oscuro de las situaciones y en ocasiones sentimos un perverso placer al estar repitiendo intensamente los mismos pensamientos”, explica Cortázar.

Además, se sustenta en estudios que afirman que el ser humano puede llegar a tener millones de pensamientos diarios, de ellos el 90% son los mismos de los días anteriores, el 10% son pensamientos nuevos y únicamente el 1% son pensamientos creativos e innovadores.

“Somos lo que pensamos, así que cuando el diálogo interno del domingo en la tarde incluya ideas negativas acerca de la semana que inicia, dependerá de nosotros el incluir pensamientos positivos, de ánimo o de esperanza que nos lleven a iniciar de manera diferente la nueva semana”, afirmó la experta en coach empresarial, Bibiana Cortázar.

Tomar lo positivo y eliminar lo negativo

Se debe aprender a encontrar lo positivo en cada situación y también a alejarnos de las percepciones, personas y situaciones negativas, soltando aquello que no nos permita estar a gusto con lo que tenemos y hacemos.
Otra sugerencia es aceptar los problemas, alegrarnos al darnos cuenta que podemos transformar las situaciones en elementos positivos para nuestro entorno.

Y también es necesario pensar lo mejor de cada situación, en ocasiones suponemos lo peor del otro o de las circunstancias y dejamos volar nuestra imaginación en fantasías negativas que tan solo nos llevan a observar el panorama de manera destructiva y gris.

Tomado de: vanguardia.com