Danny Restrepo, Natalia Arango y Mayra Camargo, tres jóvenes con discapacidad auditiva, cumplen en tiempo récord las órdenes de producción en el ensamble de dispensadores de seda dental. Se les abren los ojos y sonríen con satisfacción.

“Me siento muy feliz de tener este trabajo, no hay discriminación alguna, todos los oyentes reconocen que somos tan capaces como ellos”, cuenta Natalia mediante lenguaje de señas que interpreta Danny.

En otra área de esta empresa de Medellín, Álvaro Giraldo y Daniel Aristizábal, ambos con limitación auditiva severa, acosan con señas y bromas a sus compañeros oyentes para agilizar en el envasado de enjuagues bucales. Quieren hacer su trabajo de la mejor manera.

“Es mi primer empleo y me he sentido muy acogido por todos. Mi papá, al principio no estaba de acuerdo porque no tenía que ver con lo que estudio, pero ha ido cambiando de idea”, responde Daniel, quien está por concluir su pregrado en finanzas.

Ellos son parte de los 10 empleados en situación de discapacidad que entraron a la nómina de esta empresa de 19 años, con 15 mil clientes y fabricante de 250 referencias de productos para terceros de todo el país y de sus marcas propias New Dent y Oral Plus.

De dónde surgió la idea
Luego de ver por televisión la positiva experiencia de una empresa con empleados en situación de discapacidad, Carlos Alberto Saldaña y su esposa Sandra Barajas, fundadores de la empresa con cien empleados, decidieron no contratar a una, sino a 10 personas, para ocho de ellos es su primera experiencia laboral.

Además, desde el primero de abril ingresaron ocho jovencitas aprendices del Sena con limitaciones cognitivas que fueron asignadas a funciones de logística y líneas de producción.

“Para todos ha sido una experiencia positiva. Todos ellos son personas muy responsables, ágiles, juiciosas y con alto sentido de pertenencia. La limitación auditiva que tienen en nada los limita para desempeñarse en sus cargos”, explica Viviana Márquez, responsable de Gestión Humana.

Las cifras más recientes del Ministerio del Trabajo, a 2012, indican que apenas el 14 por ciento de los 2,6 millones de personas en situación de discapacidad, tienen un empleo en Colombia.

De hecho, para Álvaro, fue una bendición poder conseguir trabajo a sus 45 años. Durante 14 meses envió hojas de vida sin éxito y debió depender de lo que su esposa consiguiera en su trabajo de manicurista.

“Ella está muy feliz, y yo más, porque le ha tocado duro todo este tiempo, ahora ya puedo aportar con los gastos de la casa”, comenta Álvaro, quien lee los labios de su interlocutor con sorprendente agilidad.

A diferencia de otras empresas locales que han vinculado algunas personas en situación de discapacidad movidas por los ostensibles beneficios tributarios, la coordinadora de Salud Ocupacional, Liseth Otálvaro, aclara que no es el caso de Laboratorios Sky.

“Esta apuesta por la inclusión laboral es parte de nuestras acciones identificadas al estar certificados en Responsabilidad Social Empresarial desde 2010”, aclara (ver recuadro).

Los 18 nuevos vinculados a Laboratorios Sky fueron seleccionados mediante la alianza por la inclusión laboral que tienen el Sena y la Unidad de Discapacidad de la Alcaldía.

Para la directora de esta dependencia, Adriana Suárez, lo hecho por esta empresa es un claro ejemplo de “que poco a poco vamos cambiando el paradigma laboral y lo más importante, que demostramos que el talento y las habilidades no tienen límites”.

Y eso lo han aprendido en las últimas semanas en Laboratorios Sky. Los empleados oyentes no solo acogen a sus nuevos compañeros, sino que aprenden el lenguaje de señas.

Ahora no solo dan las “gracias”, sino ponen su mano derecha en la quijada y luego, estirando el antebrazo, la mueven hacia adelante con la palma hacia arriba. Y también sonríen, con satisfacción.

PARA SABER MÁS
UN BUEN NEGOCIO PARA LAS EMPRESAS

La Ley 361 de 1997, que promueve la integración social de las personas con discapacidad, ofrece notables beneficios tributarios: empleadores que declaren renta y ocupen a quienes tengan una limitación comprobada, no inferior al 25% de la capacidad, pueden deducir el 200% del valor de salarios y prestaciones sociales pagados a esos trabajadores en el año gravable. La misma fórmula es válida en Medellín para impuestos municipales de industria y comercio, y avisos y tableros.

Tomado de: https://www.elcolombiano.com/BancoConocimiento/L/laboratorios_sky_ejemplo_de_que_discapacidad_no_es_barrera_laboral/laboratorios_sky_ejemplo_de_que_discapacidad_no_es_barrera_laboral.asp