De Computationis Jure Opiniones
Número 1346, junio 15 de 2015

Nosotros creemos que la problemática de la pequeña empresa y la de los micro-establecimientos es desconocida por muchos, quienes razonan a partir de mitos.

El gran problema de las políticas gubernamentales es que en lugar de generar ambientes adecuados para tales organizaciones, buscan que ellas asuman prácticas de empresas más robustas. A nosotros nos consta, a raíz de nuestro trabajo directo con comunidades pobres, que las empresas en comento identifican contabilidad con pago de impuestos. Como el negocio escasamente produce para el diario, los empresarios no están dispuestos a asumir los gastos adicionales que representan los tributos, sobre todo cuando nada tienen que ver con la capacidad contributiva, como el IVA, el ICA o el Gravamen sobre los movimientos financieros. Esto no es una cuestión colombiana. Hace 15 años, Isar, con una mirada mundial, observaba: “(…) muchas de ellas seguirían resistiéndose a llevar una contabilidad adecuada porque temen que una información transparente las expondría a una imposición fiscal excesiva. En ciertos países, los sistemas tributarios quizás se consideren gravosos, y además tienden a entorpecer el crecimiento de las PYMES. (…)”. Recientemente se publicó el artículo de Kawalpreet Singh Chhabra y J K. Pattanayak, titulado Financial Accounting Practices Among Small Enterprises: Issues and Challenges (IUP Journal of Accounting Research & Audit Practices, volume 13 número 3, Julio de 2014, páginas 37 a 55), en el cual nos presentan su investigación sobre empresas en la India, concluyendo que “(…) most of these small-scale units lack knowledge in bookkeeping, cost computation and compilation, and time management in maintaining financial records, which in turn affects the adoption of proper financial accounting guidelines by these business units. (…)”, hallazgos que bien podríamos predicar de los microestablecimientos colombianos.

Investigaciones recientes han detectado que la mayoría de estas entidades trabajan en efectivo y no recurren al sistema bancario para obtener créditos.

Con todo, las microempresas son un mercado potencial para los contadores públicos. Mas ellos debieran llegar con planteamientos propios de la contabilidad administrativa, más que con el yugo de la contabilidad financiera y la contabilidad tributaria. Está demostrado que la prosperidad de los contadores depende del éxito de sus clientes. Por eso los contadores en muchas partes del mundo se esfuerzan en lograr que sus clientes tengan un desempeño notorio. El papel de los contadores como asesores de negocios les ha dado muchos beneficios, entre ellos un gran aprecio personal de los empresarios hacia ellos. Es por esto que deben formarse y mantenerse actualizados en “negocios”. La formación empresarial de los contadores es un requisito esencial para ser exitosos.

Hernando Bermúdez Gómez

Pontificia Universidad Javeriana
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Número 1346, junio 15 de 2015