Contrapartida Pontificia Universidad Javeriana
De Computationis Jure Opiniones
Número 814, Noviembre 18 de 2013

A pesar que pueden representar tiempos ociosos, re-procesos e inclusive desperdicios, pasan desapercibidos dentro de los estados financieros de propósito específico y general, a no ser que se entre a realizar una análisis más detallado, identificando los costos y gastos en que se incurren.

Hay que entender que la palabra desorden, significa: “Falta de orden o disposición de los elementos que forman una cosa o un grupo.” Esa falta de disposición ocasiona atrasos o complicaciones dentro de los procesos.

El orden abarca diversos campos; se puede interpretar desde el campo visual como un puesto de trabajo limpio y aseado, hasta un conjunto de actividades con tareas definidas y secuenciales que buscan cumplir con un propósito u objetivo. Independiente de la aplicación de la palabra, el desorden es un indicador de ineficiencia, ya sea que se manifieste en salida de recursos o falta de motivación laboral; en fin … un mundo de factores que representan costos adicionales en una compañía que no se contabilizan en una factura.

Alrededor de esta temática han surgido diversas teorías como la teoría Kaizen y los Poka Yokes; si bien el tema no solo abarca la producción, el modelo puede ser bien implementando en la parte administrativa y de ventas, visto desde un planteamiento más controversial, no solo como un bien o servicio, sino como la atención al cliente, la reducción de tiempos, el aumento de calidad de trabajo como un producto o resultado.

Si nos centramos solamente en el proceso productivo podemos ver como la organización afecta la efectividad gerencial y la capacidad. La desorganización en una compañía ocasiona interrupciones previsibles y que no son evitables; en esta última situación encontramos un típico error de la gerencia, a pesar que conoce las fallas, no actúa o toma las decisiones para hacer las medidas correctivas; por el contrario, termina aceptando la operatividad y la carga que se genera en no tener establecida la forma de trabajar.

¿Pero por qué se entra a dar solución cuando se puede prevenir? La respuesta a este interrogante se debe que algunas organizaciones sin importar su tamaño no le dan importancia a establecer procesos claros, usar tecnologías, documentar y estructurar actividades. Contrario al imaginario de todos, muchas multinacionales muestran desorganización en sus procesos.

El identificar cuanto nos cuesta el desorden no es fácil, ya que no se refleja directamente en una cuenta o un registro, tenemos que ir más allá de los temas contables, la realidad de una compañía no son solo cifras, son resultados que pueden representar ahorros notables de dinero, porque si hay desorden hay desperdicio.

David Ricardo Lopez Garcia

Contrapartida Pontificia Universidad Javeriana
Número 814, Noviembre 18 de 2013