(El Espectador) Desde antes del impuesto, el uso de estos productos venía disminuyendo significativamente. El presidente de Acoplásticos, Daniel Mitchell, explica que es por cuenta del menor consumo y las campañas ambientales.

“Los plásticos son un muy buen termómetro de cómo va la economía de un país, pues se trata de productos transversales a las diferentes actividades de un país. Se los encuentra desde los envases de las bebidas hasta en materiales de construcción”, explica, Daniel Mitchell, presidente de la Asociación Colombiana de Industrias Plásticas (Acoplásticos).

En efecto, se trata de una industria importante para el país, pues cada año se consumen alrededor de 1,2 millones de toneladas de este material, lo que corresponde a un consumo de 28 kilos por habitante, cifra que sin embargo es baja respecto a otros países de la región. Asimismo, en 2016 las resinas que más se consumieron en el país fueron polietilenos (36 %), polímeros de propileno (20 %), policloruro de vinilo (18 %) y resinas de PET (13 %).

Por esto, si la afirmación del presidente de Acoplásticos es cierta, la economía colombiana no tiene los mejores síntomas. De acuerdo con la más reciente encuesta nacional manufacturera realizada por el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE), la producción de elementos plásticos ha tenido una caída de 0,9 % en lo corrido de 2017 (enero-mayo) y sus ventas han bajado 2,1 %. Uno de los productos que más han caído son las bolsas plásticas de los puntos de pago de los supermercados.

Sin embargo, Mitchell aclara que “la caída en uso de estas bolsas plásticas (y también de los pitillos) se viene presentando desde antes de la entrada en vigencia del impuesto, el pasado 1º de julio. En lo corrido de 2017 se registró una caída de cerca de 25 % frente a 2016. Esta reducción se debe primero a la caída del consumo de los hogares, el mismo factor que afecta a los demás productos plásticos. Asimismo, hemos notado que las campañas medioambientales sí están dando resultado y hay mayor conciencia entre los ciudadanos de recurrir a bolsas reutilizables a la hora de hacer mercado. Se trata de una tendencia internacional”.

Frente a esto, Acoplásticos alertó de que “aunque las bolsas plásticas son una parte pequeña en la producción total de la industria, menor al 5 %, hay más de 30 empresas en el país que se encuentran en dificultades por la reducción en el uso de estos productos. Incluso podrían ser más de 100 si se tienen en cuenta las empresas informales que producen las bolsas para los puntos de pago (que son más del 50 %)”.

El dirigente gremial agregó que son comprensibles los fundamentos medioambientales detrás de las campañas, pero si se miran los sustitutos no hay mucha mejora. Por ejemplo, indica, la bolsa de papel consume cinco veces más agua y requiere más energía para su producción. Por eso propone que se sigan impulsando los procesos de reciclaje.

Sin embargo, Mitchell reconoce que “en Colombia las tasas de reciclaje de plástico son todavía muy bajas, la resina que más se reutiliza es la PET, la de las botellas de gaseosas, y sus tasas no superan el 17 %. Asimismo, desde hace unos años hemos incentivado a las empresas para que reutilicen el material que les sobra de las etapas de producción. Gracias a esto hemos logrado llegar a una tasa de reciclaje industrial de alrededor del 20 %. No obstante, es necesario crear los incentivos correctos para que se promueva la reutilización de productos. Lo ideal es que se vea como una oportunidad de negocio para las compañías: ya sea reduciendo costos o como una forma de generación de ingresos”.

Si bien Acoplásticos proyecta que el crecimiento del sector esté cercano a cero durante el primer semestre, espera que en lo que resta del año se presente una recuperación en el consumo de los hogares, que los efectos políticos locales e internacionales, al igual que el de la reforma tributaria, sean menos fuertes en los próximos meses y que se presente un repunte en la economía colombiana que impulse la industria de los productos plásticos.