Algunas de las leyendas urbanas por las que muchos deciden no ahorrar son:

No puedo ahorrar porque no gano lo suficiente: Ahorrar dinero no es un problema de ingresos, todos pueden hacerlo si tienen organización y disciplina.

Estas habilidades se adquieren si utilizamos herramientas sencillas y las practicamos, como elaborar un presupuesto, que consiste en apuntar en una libreta o en una hoja de Excel los gastos y los ingresos para conocer nuestra situación financiera real y tomar medidas si algún dinero no se está usando eficientemente.


El dinero ahorrado está mejor en la casa: “Y si es debajo del colchón mucho mejor”, acostumbran a decir muchos de formal coloquial.

Guardar los ahorros en la casa no es seguro, pues hay riesgos tangibles como el de robos e imprevistos como incendios o terremotos donde se pueden perder los recursos ahorrados (en dinero o activos).

Así mismo, la tentación a gastarse el dinero ahorrado es mayor. En síntesis, si el capital está guardado en casa nadie responde por él.


¡Para qué ahorrar sino pagan intereses!: Todas las entidades financieras pagan intereses por los ahorros. Las ganancias dependen del riesgo inmerso en el instrumento de inversión, la liquidez de los recursos y el periodo de tiempo en que estará el dinero ahorrado. Por ejemplo si decide ahorrar a través de un CDT a un año, los intereses que recibirá serán mayores que si lo hace a tres meses.


Recuerde que los bancos, corporaciones financieras y compañías de financiamiento cuentan con el seguro de depósitos de Fogafín que tiene la capacidad de devolverle hasta $20 millones en caso de que alguna de las entidades en las que tiene el ahorro se liquide.

Tomado de: cuadresubolsillo.com