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Paola Ochoa, directora del programa Hora de Negocios e integrante de la mesa central de Caracol 9 a.m., entrevista al ministro de Comercio, Sergio Díaz-Granados.

Son muchas las cosas que ocupan por estos días la agenda del ministro de Comercio, Sergio Díaz-Granados: la reforma arancelaria, la negociación del Tratado de Libre Comercio (TLC) con Panamá, la extensión de las preferencias arancelarias del Atpdea y el pago a los exportadores colombianos por parte de Venezuela.

¿Cómo nos fue en la ronda de negociación para un TLC con Panamá que concluyó el viernes pasado?

Avanzamos bastante. De los 25 capítulos del Tratado de Libre Comercio, 16 están prácticamente finalizados. Yo creo que vamos por buen camino e iremos a una ronda adicional en noviembre. Eso nos va a permitir ir aproximando el cierre de este tratado, que es muy importante para los dos países.

¿Por qué es importante?

Panamá es un mercado que ha venido recuperando su capacidad de consumo en los últimos años de manera importante, en una cifra que se sitúa alrededor de los 8.000 dólares per cápita. A ellos les vendemos unos 300 millones de dólares anuales y les compramos cerca de 150 millones, según las cifras oficiales. Adicionalmente, cada día crece más la inversión colombiana en Panamá y prueba de ello son la gran cantidad empresas nacionales que están haciendo negocios en el país vecino. Por todas esas razones es que es importante establecer unas reglas claras para el comercio y la inversión.

A propósito de Tratados de Libre Comercio, ¿se nos embolató otro año más el TLC con Estados Unidos?

Vamos a esperar a que pasen las elecciones legislativas de noviembre y se aclare el mapa político en Estados Unidos. Ahí vamos a entender qué tanto margen tenemos realmente con el nuevo Congreso. De todas formas, es una decisión que depende del gobierno de Obama y de su determinación de someterlo a consideración del Congreso americano.

Personalmente creo que la aprobación del TLC con Canadá, que pasó la semana pasada en el parlamento canadiense, va a ser un factor decisivo que va a influir en el poder legislativo americano. Eso, sumado a las elecciones de noviembre, podrían darle un giro a la situación del Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos.

Pues todo indica que los Demócratas van a perder las mayorías en Cámara y Senado. ¿Qué tanto nos conviene ese cambio?

Sin saber cuál va hacer el resultado no quisiera comprometerme con una previsión política. Esa valoración, de cómo quedan las fuerzas, la haremos al día siguiente de las elecciones. De todas formas, nosotros vamos a mantener relaciones con ambos partidos.

De momento todo indica que nos va a tocar pedir nuevamente una extensión de la Aptdea, que se vence este 31 de diciembre. ¿Ya está trabajando en eso?

Sí. Todas las autoridades diplomáticas de Colombia ya están enteradas del asunto. Yo no le veo ningún riesgo a esa extensión de las preferencias arancelarias debido a los aciertos de Colombia en la erradicación del narcotráfico. Ese aspecto es justamente el que determina la aprobación de estas preferencias unilaterales y el Congreso de Estados Unidos ya sabe de esos aciertos. Por eso, uno supondría que no habría ningún inconveniente en la prórroga por uno o dos años más.

La deuda de Venezuela

El pasado 20 de agosto se dijo que Venezuela pagaría los primeros 200 millones de dólares de los 800 millones de dólares que debe a los exportadores colombianos. ¿Ya pagaron?

Eso va en trámite. Hasta la semana pasada habían girado 72 millones de dólares. Adicionalmente hay 120 millones de dólares más que están con los papeles listos para los giros. Todo depende mucho del momento en que se hicieron las operaciones y de si se efectuaron sin previo depósito de los bolívares, por parte del importador venezolano. De manera que si la Comisión de Administración de Divisas (Cadivi) autoriza hoy la liquidación de dólares, todo dependerá de que el importador tenga los dineros a la mano.

Es un poco engorroso y burocrático todo el proceso y eso ha hecho que cada operación en sí se vuelva un caso aparte. Afortunadamente, existe un comité de funcionarios de Cadivi que se reúne, todos los lunes, miércoles y viernes, a mirar el asunto.

Pero Chávez anunció que pagaría algunas deudas sobre las cuales no existiera ningún tipo de duda?

Ya se consiguió el pago de las aerolíneas, a quienes no les pagaban desde hace 18 meses, y ahora estamos buscando el pago de empresas altamente exportadoras. También hablamos de Pymes, cuya deuda asciende a 230 millones de dólares. Es un tema en el que hay que tener un poco de paciencia.

Reforma arancelaria

¿Qué tanto le preocupa al Gobierno el hecho de que las importaciones estén disparadas por cuenta del dólar barato?

Yo diría que esa reflexión de las importaciones nos lleva a otra y es la de la reforma arancelaria. Colombia tiene que mirar con suma atención el tema de las protecciones efectivas negativas y el tema de los aranceles a las materias primas no producidas en el país si queremos ser competitivos.

Pero es que sólo en julio, por ejemplo, las importaciones de vehículos y autopartes crecieron 60 por ciento…

Nosotros hemos dicho que hay que construir una política industrial basada en la competencia, pero también en el reconocimiento del tamaño del mercado colombiano. Hay un proyecto de política andando que es el de la transformación del sector automotriz y el de autopartes.

¿Cómo competir con la gran cantidad de carros que están llegando de países como México, con quien tenemos la mayor balanza negativa?

Con México se debe a que hace cerca de 20 años negociamos un tratado para liberar el comercio entre los dos países y eso hoy está beneficiando particularmente al sector automotriz mexicano. Personalmente, creo que hay un tema de protección efectiva negativa arancelaria que está afectando a Colombia con México y otros países de la región, pues llegan materias primas con arancel versus productos terminados que no pagan nada. Ese es precisamente uno de los temas que queremos corregir con la reforma arancelaria.

Esa reforma arancelaria tiene un costo fiscal?

Así es. Tiene un costo fiscal pero es necesaria si queremos crecer en ventas y exportaciones. Es lo práctico, por ejemplo, en la industria del ensamblaje de computadores en Colombia, que requiere de una gran cantidad de componentes importados que están con arancel. Eso encarece el producto terminado nacional versus el terminado que llega de México y que entra sin pagar arancel.

Se quejan los exportadores de que ese tema de la disminución de aranceles se frena cada vez que llega al Comité Triple A del Ministerio de Comercio?

De acuerdo, y por eso es muy importante establecer un buen árbol de decisión y no caer en el error de que se vuelva una lista de navidad. Hay que determinar unos filtros que nos permitan acometer esa reforma de la mejor manera.

¿Cómo cuáles?

Hay tres criterios: materias primas y bienes de capital que no se produzcan en el país, protección efectiva negativa y todo lo relacionado con las locomotoras (agro, vivienda, innovación e infraestructura). Estamos revisando, una a una, las 7.291 partidas.

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