Una de las tareas que asumirá el nuevo director del Departamento para la Prosperidad Social (Daps), Bruce MacMaster, será el saneamiento del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (Icbf), el cual ha visto salpicado por escándalos de corrupción y malos manejos en su contratación. El director del Daps y ex vice ministro de Hacienda le dijo a LR que una de las metas de este nuevo “superministerio social” será hacerle una “reingeniería” a la Institución que vela por los derechos de los más vulnerables.
¿Cuál es la principal misión del Daps?
Tener un sitio donde podamos ejecutar la política social de Estado que Colombia ha decidido sacar adelante. Le vamos a crear una institucionalidad que refleje esa política. En muchos países existe un Ministerio de Desarrollo Social y básicamente nosotros vamos a hacer lo que hacen esos ministerios, que es trabajar por las poblaciones vulnerables, las más pobres.
¿Qué entidades van a constituir el Daps?
Son cinco entidades adscritas a este órgano rector: el Icbf, que estará a cargo de Diego Molano, ex director de Acción Social; la Agencia Nacional para la Superación de la Pobreza Extrema, a cargo de Samuel Azout, quien fue alto comisionado para la Prosperidad Social; la Unidad de Atención y Reparación Integral a las Víctimas, liderado por Paula Gaviria; la Unidad Administrativa Especial para la Consolidación Territorial, dirigida por Álvaro Balcázar, y el Centro de Memoria Histórica.
Hay preocupaciones por la ejecución en el Icbf. ¿Qué van a hacer en el Daps al respecto?
El Icbf es una institución que está en el alma de los colombianos, a través de la cual el Estado ha hecho históricamente quizás su más importante presencia en poblaciones vulnerables. Lo que hay que hacer es repensarla un poco, sobre todo desde el punto de vista de sus procesos internos, mas no de sus programas. Los programas son la esencia, lo que los colombianos han querido tener. La meta que nos hemos puesto con Diego Molano es de hacerle una reingeniería al Icbf.
¿De qué manera se haría?
Tenemos que mirar cada uno de sus procesos: de ejecución, de contratación, de atención a poblaciones, tenemos que hacer un control importante sobre los recursos, establecer programas que permitan dar un seguimiento a cómo se hace la contratación y a cómo se hace la ejecución de esa contratación.
¿Qué metas se fijaron y cómo piensan cumplirlas?
Estamos en la consolidación de las metas que tenía cada entidad y las estamos trayendo todas al Daps. Estamos llevando a cabo unos procesos de planeación estratégica en un comité sectorial ejecutivo donde nos reunimos semanalmente.
¿Buscarían cambiar algunas metas en materia de reducción de pobreza y otros temas sociales?
Estamos buscando hacer una evaluación de la capacidad que tenemos en este momento, en algunos casos creemos que vamos a hacer más ambiciosos que las metas originales. Queremos hacer un esfuerzo para llegar a más familias, con mayor calidad y profundidad en la gestión.
Se ha hablado de que esta entidad tendrá un presupuesto centralizado y que habrá más burocracia.
El sector no va a crecer. Se están consolidando cosas que estaban en diferentes partes. No habrá ni más burocracia, ni más presupuesto. Lo que estamos haciendo es que eso que estaba desperdigado en el Estado esté ahora trabajando coordinadamente. El Daps no va a quedar más grande de lo que era Acción Social, va a quedar más pequeño, con entidades estratégicamente ordenadas.
Daps buscará la transparencia en la ejecución de gestión
El nuevo director del Daps, Bruce MacMaster, dijo que la entidad va a estar volcada a la ejecución correcta de los programas. Según el funcionario, se estarían buscando crear programas de transparencia. MacMaster fue la cabeza detrás del Portal de Transparencia Económica (PTE) y dijo que buscaría la forma de poner toda la ejecución del Daps, hasta el más mínimo detalle, en el Portal. “El peso que se pierda en el Daps, es el peso socialmente más costoso”, afirmó.
La opinión
Gilma Jiménez
Senadora
“Los escándalos, el cambio de la Dirección Nacional del ICBF y la grave situación de miles de niños, señalan que es un imperativo rediseñarlo y blindarlo de la corrupción”.
Andrea Carranza Garzón
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