De todas las recomendaciones que hizo la Ocde (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico) a Colombia, ninguna ha puesto a pensar tanto a los expertos como la de la reforma al sistema pensional, teniendo en cuenta que todas las variables que rodean el tema, cobertura, financiación y equidad, están colapsadas en el país.

En el 2014, el gasto en pensiones fue uno de los más abultados en el Presupuesto General: 31,8 billones de pesos. Y todo, para cerca de 1,3 millones de jubilados, la mayor parte de los cuales no recibe más de dos salarios mínimos.
Mientras tanto, más de la mitad de las personas de la tercera edad viven por debajo de la línea de pobreza.

Los expertos han coincidido en que al sistema pensional del país lo están acabando los subsidios, los cuales, paradójicamente, están dirigidos a poder financiar las pensiones más altas. Ante ese panorama, la Ocde indicó que el país requiere, de manera urgente, introducir medidas, preferiblemente de forma escalonada, para enderezar este tema.

Cobertura, lo primero

 

Las recomendaciones que este organismo señaló no son fáciles de introducir en el país. No solo por las dificultades que encontrarán en el Congreso, sino porque entre los mismos expertos hay controversia sobre la reforma pensional que el país necesita y por dónde se debe empezar.

Para la Ocde, Colombia debería, entre otras, igualar la edad de la pensión del hombre con el de la mujer (57 versus 62); equiparar el régimen de prima media (sistema público) con el sistema de ahorro individual (público y privado), porque el primero es costoso e ineficiente; bajar la pensión mínima a menos de un salario mínimo; reducir la tasa de reemplazo, es decir bajar más el ingreso, como porcentaje del salario devengado en los últimos 10 años, que recibe el pensionado. Amén de que, según la Ocde, el país debería, a mediano plazo, aumentar más la edad general para jubilarse.

Rafael Pardo, exministro de trabajo y autor de la reforma pensional que el Gobierno intentó tramitar el año pasado, estima que lo primero que hay que definir es por dónde empezar. “Por donde no se puede empezar es por excluir más gente de la posibilidad de pensionarse, es decir, si se empieza por aumentar la edad y los requisitos, se acaba excluyendo más gente”.

Santiago Montenegro, presidente de Asofondos, estima que “es necesario hacer un análisis profundo de cada sociedad y sus necesidades para poder definir el sistema pensional que requiere. No existen soluciones únicas y definitivas para cada parámetro, pues se pueden hacer combinaciones. Por ejemplo, no habría necesidad de incrementar la edad si se incrementa el promedio de años del ingreso base del cálculo de la pensión o si se suben las cotizaciones”.

Reinserción laboral

Bajar la pensión mínima a menos de un mínimo e igualar la edad de jubilación de la mujer con la del hombre son los puntos más polarizados. Para expertos en el tema, como Gustavo Sosa-Rostan, de la firma Mercer, “la diferencia entre el hombre y la mujer no tiene razón de ser. Se implantó en el pasado por las diferencias de edades entre una pareja, pero el mundo cambió. En general, se debería pensar en un sistema de reinserción laboral del adulto mayor, con otro tipo de empleo acorde con su edad”.

Montenegro atina a ser más benévolo con la mujer al señalar que “el problema es que, en Colombia, con la alta informalidad y baja densidad de cotización, la mayoría de las mujeres, a los 57 años, no van a lograr las mismas 1.300 semanas que cotiza el hombre, pues, como ya tienen la edad, muchas sufren presión para dejar el trabajo”. Su propuesta apunta a que se igualen las edades, pero “compensando a las mujeres con un bono de maternidad que les garantice sus cotizaciones por un año, después del nacimiento de cada hijo”.

El exministro Pardo, por su parte, no ve viable que el país se enfrasque en una pelea política inútil. “Establecer un requisito en el cual se iguale la edad de pensión del hombre con el de la mujer también es, al igual que la de intentar bajar la pensión mínima a menos de un salario mínimo, una pelea política inútil”.

Desde su perspectiva, “si una mujer no se pensiona a los 57 años, debería poder seguir trabajando hasta los 62 y, a esa edad, sí pensionarse. Pero si una mujer tiene ya el requisito de pensión a los 57, que se pensione”.

La sustitución se olvidó


Una alta fuente del Gobierno puso sobre el tapete que el gran olvido de la Ocde, dentro de sus propuestas pensionales, es la pensión de sustitución en el régimen público. “Gravar pensiones altas no mejora el déficit del sistema, porque las nuevas normas han reducido estos beneficios y, en la actualidad, las mesadas onerosas no son más de 1.000”.

A su juicio, a menos que la Ocde, al referirse a pensiones altas, esté pensando en jubilados de clase media, “gravar las pensiones de más de 25 salarios mínimos sería un paño de agua tibia frente a los problemas del sistema pensional”.
En ese sentido, se refirió a la pensión de sustitución como una de las que ayuda a ahondar el hueco fiscal en pensiones. “Aparte de que el modelo está hecho para que los años de cotización no alcancen para cubrir el tiempo que el pensionado va a vivir y usufructuar la pensión, la sustitución la heredan con ‘tarifa plena’ y por 20 o 30 años más”.

Señaló que, en materia de equidad, hay que pensar en la baja de ingresos que enfrenta el pensionado. “Sigue pagando los mismos impuestos; tiene más gastos porque la cotización a salud la asume totalmente, y le aumentan su ingreso con la inflación, que nunca está acorde con el incremento real en el costo de vida”.

tomado de:https://www.eltiempo.com/economia/sectores/reforma-pensional-con-propuesta-de-la-ocde/15186257