tuvo como trasfondo el debate en torno al proyecto de ley que el Gobierno desea presentar sobre esta materia.

Y es que, desde los más diferentes sectores se ha señalado la conveniencia de meterle el diente a un régimen de jubilaciones que tiene problemas.
 

En particular, los expertos señalan que el sistema pensional colombiano no solo tiene una baja cobertura, sino que es inequitativo, en la medida en que el esquema público beneficia ante todo a quienes reciben mesadas altas, a las que hay que subsidiar de manera millonaria.
 

Como si eso fuera poco, los estratos más pobres se encuentran excluidos en la práctica, por cuenta de la elevada informalidad laboral que prevalece en el país.
 

Por cuenta de esa realidad, una cirugía de fondo es justa y necesaria.
 

El problema es que no hay acuerdo sobre la intervención que debe hacerse, incluso al interior de la administración Santos.
 

Así lo confirman las diferencias entre los ministerios de Trabajo y Hacienda sobre propuestas que podrían tener un costo fiscal importante, aparte de ponerle presión al manejo de liquidez a cargo de la Tesorería de la Nación. Si bien ambas entidades han dado muestras de querer trabajar juntas, el humo blanco todavía no aparece.
 

Como si eso fuera poco, los fondos de pensiones también tienen grandes reservas sobre una iniciativa que limitaría en forma importante su margen de acción y les afectaría su capacidad de operar.
 

Debido a ello, han hecho saber su inconformidad con un proyecto de ley que aún no está concluido y todavía se demora para llegar al Congreso.
 

Y para acabar de enredar la madeja, no hay que olvidar conceptos como los del Premio Nobel, Christopher Pissarides, quien considera que hay que mirar parámetros como la edad de jubilación, que es un tema difícil, pero inevitable a la hora de tener un sistema sostenible.

Tomado de:portafolio.co