El Pipe no es, por supuesto, Pipe Socarrás, el triste amigo de Escalona, a quien la revaluación le habría servido para no perder su oficio de contrabandista, sino el Plan de Estímulo para la Productividad y el Empleo anunciado la semana pasada por el presidente Santos para tratar de reactivar la agricultura y la industria.

Uno de los objetivos centrales del Pipe es combatir la revaluación, y la estrategia es aumentar la demanda de la divisa en unos US$5.000 millones, permitiendo (¿o forzando?) a los fondos privados de pensiones a que aumenten sus inversiones en el exterior, y también invirtiendo afuera parte de las regalías que recibe el Fonpet.
 

El diagnóstico del Gobierno es correcto, pero las medidas son equivocadas y, según parece, el mercado piensa que no van a ser muy efectivas; así se explicaría que el salto de $20 que se dio en el precio del dólar después del anuncio de las medidas se hubiera revertido tres días más tarde.
 

Es correcto tratar de subir el precio del dólar con medidas sobre los flujos de capitales de corto plazo, porque estos han sido una de las principales causas de la revaluación.
 

Pero es equivocado tratar de hacerlo estimulando las salidas de capitales, en lugar de controlar los ingresos.
 

Aquí hay que recordar que la inversión extranjera de largo plazo (IED), aunque es muy cuantiosa y el año pasado fue de US$15.800 millones, se compensa totalmente con las remesas de utilidades del exterior, que fueron incluso superiores, llegando a US$16.200 millones.
 

En cuanto a la inversión extranjera de portafolio, en el 2012 ascendió a US$6.157 millones, de los cuales US$3.457 millones fueron inversiones de corto plazo en acciones y bonos en el mercado local, con un aumento de U$1.500 millones respecto a lo recibido en el 2011, y U$2.700 millones en bonos de largo plazo colocados por el sector privado en los mercados internacionales.
 

En el 2012, los fondos de capital extranjero fueron los mayores compradores de acciones en la Bolsa de Valores de Colombia.
 

Este año, la situación tiende a empeorar con el gran error de la reforma tributaria de bajarles los impuestos a las inversiones externas de corto plazo, lo cual ha llevado que al pasado mes de marzo, los ingresos de capitales golondrina hayan aumentado 37% con respecto al 2011.
 

Además, la deuda en dólares de las empresas con la banca colombiana aumentó el último año cerca de US$2.500 millones.
 

Todos estos capitales llegan a Colombia porque acá las tasas de interés son más altas que en el exterior. Por ello, no es probable que los fondos de pensiones salgan a invertir afuera, y por tanto es absurdo que el Gobierno pretenda inducir a que el ahorro de los pensionados colombianos se invierta afuera con menor rentabilidad, mientras que, a la vez, se estimula a los capitales golondrina a que entren al país a beneficiarse de mayores rendimientos.
 

Para subir el precio del dólar hay que disminuir el exceso de oferta de la divisa en el mercado de capitales, lo cual no se logra tratando de aumentar la salida de dólares, sino desestimulando su ingreso con encajes o depósitos previos a los flujos de capitales.
 

Mientras no actúe en este frente, el Pipe oficial quedará más frustrado que su tocayo, el ‘Pipe’ Socarrás.

Tomado de:portafolio.co