El reciente caso colombiano conocido sobre la conductora del SITP, quien había señalado que había sido violada dentro del bus que conducía, puso en contexto el tema de los engaños en el trabajo, porque tan sólo dos días después de que la noticia inundara medios de comunicación y se manifestara la indignación de las personas por ese caso, la Policía Nacional anunció que la mujer había mentido con el fin de lograr un beneficio laboral porque quería que la cambiaran de ruta para conducir en una zona “menos insegura”.

Y más allá del nuevo revuelo que se ha causado en medios y redes sociales por la magnitud de la mentira de la conductora, es bueno recordar que las mentiras también tienen un nivel para ser creíbles y sostenibles. Además, más allá de entrar en el dilema moral si son buenas o malas, engañar en el ambiente laboral tiene consecuencias que puede ir a niveles más allá de los imaginados.

Desde la simple excusa que le evita tener que ir a trabajar un día como “estoy muy enfermo” hasta situaciones como apropiarse de ideas de los demás; todas las mentiras tienden a caer de alguna u otra forma. Encuestas realizadas alrededor del mundo señalan que más del 90% de las personas mienten de alguna manera en su lugar de trabajo. Y parece que cada quien tiene sus propias razones para hacerlo.

Las razones para mentir

Son bastantes y variadas, pero la mayoría se pueden resumir en que lo que se busca es un beneficio personal y evitar conflictos. Hay quienes mienten mejor que otros, manejando mejor el lenguaje corporal o recordando cada uno de los detalles que mencionó en su falso testimonio.

Pero las mentiras suelen ser bolas de nieve que, dependiendo de la situación, pueden ir creciendo. En el caso de la conductora del SITP, llegó el punto en que la versión de los hechos que ella mencionaba, presentaba ciertas incoherencias que no pudo sostener. Además, las pruebas en las cámaras de seguridad tampoco la apoyaron.

Claro, lo ideal es no mentir en absolutamente nada, pero si por su cabeza pasa engañar sobre alguna situación en la que se involucre lo siguiente, tenga por seguro que las consecuencias pueden ser mucho más desastrosas que la mentira misma:

• Actos que atenten contra la integridad o reputación de alguna o varias personas.

• Asumir logros o tareas que no hizo o que no tiene la capacidad de hacer.

• Si se relaciona con sumas (no importa la cantidad) de dinero.

• Cuando otra persona pueda corroborar lo que usted ha dicho.

• Si se trata de responsabilidades que no pudo asumir u olvidó hacerlo.

• Todo aquello que tenga un registro de fecha y hora.

• Lo que implique la pérdida de clientes o negocios.

• Todo lo que atente contra la reputación misma de la empresa.

El peso de la mentira

Pero lo cierto es que para lo que usted puede ser una “mentira blanca” o aquellas que se piensa que no tendrán ningún efecto; para otros, puede implicar grandes pérdidas. Por ejemplo, según The Association of Certified Fraud Examiners las empresas pueden llegar a perder hasta el 5% de sus ganancias a causa de fraudes, en las que las empresas pequeñas son las más afectadas.

Otras consecuencias están más relacionadas con los efectos sobre la salud, por ejemplo, dado el estrés al que está expuesto el cuerpo y la tensión física y mental que esto puede llegar a implicar, que se puede traducir en dolores de cabeza o falta de sueño.

Y finalmente, y quizás la más obvia consecuencia, es la pérdida de credibilidad y el daño de su imagen como trabajador dentro de cualquier ámbito laboral. Esto implica que pueda haber daños en su hoja de vida, el no contar con recomendaciones de sus jefes o compañeros y buscar la forma de hacer “más llevadero” ya sea el clima laboral o el posible despido en el que pueda incurrir.

En el caso de la conductora del SITP, las repercusiones que le implicaron esa mentira en su trabajo, ahora la llevarían enfrentar una pena que puede ir entre los 4 y 8 años de cárcel.

En cambio, intente…

Se estima que una persona miente al menos una vez cada diez minutos. Y parece que para muchas personas mentir es parte de su vida cotidiana. Nuevamente, sin entrar en dilemas morales, cada persona sabe hasta qué punto llega con las afirmaciones que haga. Pero si definitivamente quiere empezar de ceros en el tema, de acuerdo con Harvard Business Review, existen algunas tácticas que puede empezar a poner en práctica:

• Haga ver las cosas de una manera diferente: claro, la mentira puede tener unas consecuencias inmediatas que pueden molestar a las personas pero todo también puede depender de la forma en la que se manifiesten las situaciones. Si se trata de algún inconveniente o error, no dude en pensar también la forma en la que lo va a solucionar.

• No todas las mentiras son inmorales: cuando se trata de no afectar o herir los sentimientos de otra persona, las mentiras pueden ser útiles. Sin embargo, recuerde que explicar los defectos o los errores también pueden ayudar a las personas a crecer.

• Omitir información: si no es necesario mencionar todos los detalles que pueden implicar consecuencias negativas, puede simplemente no mencionar que existen. Eso sí, nuevamente, teniendo en cuenta las situaciones ya mencionadas.

tomado de:https://www.finanzaspersonales.com.co/trabajo-y-educacion/articulo/consecuencias-mentir-trabajo-caso-conductora-sitp/56959