Al comparar los datos, el monto de las primas en el último año fue de $59.757 millones, mientras que un año atrás era de $59.835 millones, lo que muestra la poca dinámica del sector en el país. En cuanto al valor asegurado vigente en 2013 la cifra va por $49,6 billones, con un ligero incremento de 2,3%.
Estos datos llaman la atención ya que a pesar de que la industria aseguradora no termina de despegar en el país, con una penetración de 2,4% frente al PIB, el crecimiento del total del sector sí muestra un mejor comportamiento, al avanzar en el último año 6% en los ramos en los que actúan los microseguros.
Frente al total de la industria los microseguros siguen rezagados. Hoy en día tan solo suponen 1,61% del total del sector, cifra que logra incrementarse a 4,43% se cuentan solo los segmentos en los que operan estos productos a bajos estratos.
Con esto, el mercado se pregunta el porqué del letargo en microseguros, un punto en el que tal como lo explica Juan Enrique Bustamante, presidente de Mundial Seguros, aún falta una cultura entre los consumidores.
Una idea que comparte Santiago Ramírez, subgerente de operaciones de DeLima Marsh al afirmar que al sector de los microseguros aún le queda un largo camino por recorrer y que en estos estratos, Colombia está muy lejos de tener una cultura aseguradora generalizada.
Sin embargo, voceros de Fasecolda explican que la tarea se está haciendo y “43% de las personas de estrato 2 reconoce que los seguros voluntarios son necesarios. Igualmente, 31% de estrato 2 y 24% de estrato 3, cree que el seguro es necesario, pero inalcanzable y 13% los considera un lujo”.
La falta de cultura no es la única razón. Según las compañías del sector, en muchos casos el precio de estos productos es prohibitivo. De acuerdo con Alexander Montoya, presidente de AIG en Colombia, “para una persona que tenga bajos ingresos, la gran mayoría de los productos que se ofrecen están fuera de su alcance, ya que los límites mínimos son muy altos. Es por eso que se tiene que llegar a esta población con pólizas mínimas a partir de $4.000 o $5.000”.
Mecanismos para mejorar
La posición de las aseguradoras para darle un mayor dinamismo a este sector no es del todo clara. Para Bustamante, se están realizando esfuerzos importantes para atender este nicho. “Es importante destacar que los microseguros son pólizas desarrolladas para los estratos 1 y 2, las cuales deben ser asequibles, sencillos y fáciles de adquirir”.
Precisamente esa facilidad es la clave para conseguir una mayor penetración. Según Ramírez, el reto con esta población, además de diseñar productos cada vez más simples y llamativos, es desarrollar canales de distribución y medios de recaudo cada vez más eficientes que permitan estructurar programas de seguro con ofertas competitivas y favorables para bajos ingresos.
Y por supuesto, el tema de educación financiera es fundamental. En este sentido, Francisco Majós, responsable comercial de Swiss Re para la región andina, considera que los programas de microseguros se deben acompañar de educación para desarrollan la cultura e incrementan los niveles de inclusión financiera y penetración de mercado asegurador colombiano.
Además, agrega que otro asunto a tener en cuenta es hacer un refuerzo de la imagen y aumentar la propuesta de valor del sector asegurador.
Canales más desarrollados
¿Cómo llegar a estos seguros? La respuesta se obtiene al analizar los canales en los que se está dando la mayor promoción de estos productos. Ante esto, las empresas de servicios públicos estaban como líderes con un monto en marzo de $28.018 millones, seguido por la los seguros ofrecidos por la banca, que colocaron $9.214 millones.
En este sentido, el desarrollo de estos canales ha ayudado a que haya más colombianos asegurados. Como aseguró el directivo de Delima Marsh, “los consumidores hoy se encuentran pagando sus pólizas de accidentes personales, exequias y hogar por medio de las entidades de servicio público y almacenes de cadena, lo que les acerca este tipo de servicios”.
Por otro lado, destacar también que Mapfre es la compañía con mayor participación (23,6%), seguida por RSA con 22,3%, 19,2% tiene Solidaria y 10,9% AIG.
Una responsabilidad social
Por último, hay que destacar que llegar a este segmento de consumidores es una gran oportunidad para las empresas aseguradoras en sus estrategias de responsabilidad social.
De acuerdo con las declaraciones de Fasecolda, los hogares de los estratos 1 y 2 son los más vulnerables a altos riesgos como la pérdida del empleo, la enfermedad grave de un ser querido o un desastre natural. “En muchos casos utilizan estrategias para combatir esto como la disminución en gastos de alimentación”.
Y es por eso que, para muchas aseguradoras, los microseguros también es una acción social. De acuerdo con Montoya, “más que interesante en términos de ganancias, atender a la población más necesitada es una inversión social y al hacerlo vemos no solo que se ayuda al país, sino que ampliamos la inclusión financiera”.
Así, a pesar de los esfuerzos por llegar a la base de la pirámide, queda claro para aumentar las cifras el primer paso es que los colombianos sientan la necesidad de asegurar sus bienes por pequeños que sean.
¿Cómo está el panorama para el futuro del sector?
A pesar de que hasta el momento, el desarrollo de los microseguros no termina de avanzar con fuerza, las expectativas para el futuro son positivas. En este sentido, Francisco Majós destacó que se espera que la población incremente la contratación de microseguros, tanto en Colombia como a nivel regional. “Son varios los factores que confluyen, incluyendo una mayor concientización sobre el cambio climático y el impacto de los desastres naturales, como también los esfuerzos en educación financiera de las compañías de seguros. Influyen también el desarrollo de nuevos productos que se ajustan más y mejor a las necesidades de la población, y de una variedad de canales de distribución que acercan los productos de microseguros”.
Tomado de: larepublica.co