El trabajo remoto puede adaptarse a las necesidades de la empresa. No debe ser siempre, no deben ser todos. Cada firma puede aplicarlo como quiera e incluso diseñarlo de acuerdo a sus requerimientos. Los beneficios sí aplican igual para todos: hay reducción de costos fijos en la empresa (agua, luz y hasta papel higiénico); mejora la productividad y calidad de vida de los trabajadores (reduce el estrés en el tráfico, elimina los momentos para procrastinar con el tinto o los compañeros); promueve la innovación organizacional en las entidades y favorece el uso de las TIC.

Según datos del programa Vive Digital del MinTic hoy se estima que casi 40 millones de personas en el mundo usan este modelo laboral. En Colombia el dato es apenas de 9% de empleados.

Bayer, Siemens, Unilever y Bancolombia entre otras multinacionales han adoptado el esquema con éxito. Pero el programa podría ir aún más allá. Las pyme y todos los entes del gobierno deberían convertirlo en una práctica cotidiana. ¿Se imaginan el beneficio tan solo en el tráfico bogotano?

En LR llevamos más de un año haciendo el ejercicio y los resultados han sido positivos. En mi experiencia puedo decir que la autodisciplina y organización de horarios pueden ser los mejores aliados de un teletrabajador.

Aléjese de distracciones cotidianas que pueden haber en casa (como el televisor, la tableta o hasta el aseo del hogar), dedique un solo espacio para el trabajo y concéntrese en objetivos laborales a lo largo del día. De esta manera podrá hasta terminar más temprano sus tareas y dedicar el tiempo que normalmente gasta en el trancón a sus hijos, a una especialización, clases de inglés, ejercicio… en fin, las posibilidades son infinitas.

Sin embargo, no todo depende del empleado, la compañía debe brindar herramientas mínimas para facilitar la comunicación y el acceso a la información, de manera tal que el trabajador no sienta necesidad de trasladarse hasta la oficina. Un portátil, un teléfono de tecnología IP, módems con internet y celulares con planes corporativos marcarán la diferencia.

En LR se adaptó el modelo pensando en dos pilares básicos: el periodista debe estar cerca a su fuente y al lugar de la noticia y la calidad de vida del empleado puede mejorar con el teletrabajo.

De esta manera se inició un proceso para cambiar los computadores de escritorio por portátiles, proveer modems de internet a cada sección y facilitar la comunicación con teléfonos IP, con estos el periodista puede cargar su extensión de la oficina de Fontibón a Nueva York, si así lo desea.

En mi opinión, la mejor prueba de que el modelo funciona, es que el periódico ha salido con la misma calidad con la que sale cuando nos trasladamos hasta la redacción. El trabajo en equipo no se pierde gracias a las herramientas que hoy nos brinda la tecnología y hasta la gente rinde mejor.

Tomado de: Larepublica.co