En un momento en que los márgenes de utilidad en los productos son cada vez menores y la competencia en los mercados crece, la salida es innovar en el servicio.
Este concepto tiene más valor en un contexto como el bogotano, en donde el 60 por ciento de las empresas registradas es de servicios; además esto fue expresado por el gurú de la innovación abierta, Henry Chesbrough, en el IV seminario internacional Innovación abierta en servicios, que realizaron ayer la Cámara de Comercio de Bogotá y Connect Bogotá-Región, con el auspicio de la Universidad Sergio Arboleda y Portafolio.
De acuerdo con Chesbrough, en el mundo se está imponiendo el modelo de la innovación abierta, en el cual las empresas no echan mano solo de recursos profesionales y técnicos propios para sus desarrollos, sino de actores externos.
A la vez, “las compañías desarrollan ideas que quizá no tengan valor en sus mercados actuales, pero sí en otros y bajo otros modelos de negocio”. Además, enfatizó en que no es suficiente con descubrir algo, sino que hay que pensar el mercado en el que es aplicable.
Específicamente, en relación al campo de los servicios, dijo, una idea innovadora tarda muy poco en generalizarse, pero la manera de escapar a esa paradoja es precisamente innovar en servicios aprovechando que todos los clientes son diferentes y requieren cosas tintas.
“En una economía cada vez más basada en los servicios, el rol del cliente ha trascendido de estar al final del proceso de innovación, a estar presente durante todo el proceso.
Se trata de una cocreación en donde él y la empresa se vuelven uno solo, a fin de diseñar experiencias realmente diferenciales que tengan valor real más allá del producto como tal”, puntualizó.
Tomado de: portafolio.co