pero, claramente, no hará que nuestra industria sea más competitiva, porque simplemente va a afectar los precios de referencia y no a fomenta la innovación, construir valor o marca en nuestros industriales. Al mismo tiempo, se abre el debate sobre la tasa de usura, en la cual el empresario la quiere más baja y los banqueros más alta para aumentar el universo de préstamos. Todas, reflexiones muy interesantes, pero que parecen hacen caso omiso al enorme flujo de cambios en que estamos.

El escenario para los equipos financieros y directivos es complejo en el corto y mediano plazo. En este momento se están ajustando a los cambios de la Reforma Tributaria, sobre todo en retenciones e IVA, y se están preparando para la entrada en vigencia de las NIIF, que serán un gran costo para el sistema y modificarán el conocimiento, al pasar de una contabilidad normal de causación a una de balances financieros. Paralelamente, se reforma el sistema de salud y el de pensiones, lo que tendrá, a su vez, más cambios en procesos contables y de análisis tributario.
 

En el 2013, las empresas se ajustarán a la reforma tributaria; en el 2014, al comienzo de la aplicación de las NIIF y quizá al ajuste de los sistemas de salud y pensiones. Estos cambios no solo modificarán toda la contabilidad, sino que llevarán a que haya que reentrenar a los equipos financieros en normas contables, seguridad social y tributarias, en un entorno en el que las regulaciones de las normas no serán promulgadas a la vez. Ello lleva a una pregunta obvia: ¿esto afectará la inversión de las empresas?
 

En un escenario, es posible que sí, ya que no es claro el impacto de la normatividad en los pagos tributarios y las definiciones de gastos e inversiones, lo que modificará el impacto en renta, incluyendo las revaloraciones de activos que se deben hacer. Si embargo, es posible otro escenario en el que no. Debido a estos cambios, el Gobierno deberá modificar los tiempos de entrada y, seguramente, los impactos serán distintos.
 

Para un empresario que esté pensando en invertir para ser más competitivo, el tema del tipo de cambio se le presenta como una situación de corto plazo, mientras debe mostrar en su junta directiva que el entorno legal y contable va a cambiar radicalmente, y que eso tendrá efectos en el flujo de caja, incluso, en la misma valoración de la empresa, lo cual lo puede poner a pensar en demorar o modificar sus planes de inversión, bien sea para acelerarlos y aprovechar el actual escenario o dejarlos para después del cambio de normas.
 

Es llamativo cómo los gremios no pusieron estos temas en la agenda por la competitividad, porque, sin duda, el flujo de reformas y sus tiempos cruzados de aplicación causarán impactos en los costos operativos de las empresas, en sus inversiones y en los retornos esperados. Es tiempo de revisar esto, o nos veremos en un ambiente tan complejo que no será posible auditar este proceso de cambio ni mucho menos sacarle provecho.

Tomado de:portafolio.co