Este encuentro ministerial de dos días en Moscú es preparación de la cumbre de jefes de Estado y de gobierno de principios de septiembre en San Petersburgo.

La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) entregó este viernes un informe con un “plan de acción para luchar contra la erosión de la base de imposición y la transferencia de beneficios”, que se declina en 15 medidas.
 

Concretamente se trata de poner fin a los mecanismos que permiten a las multinacionales, en especial del sector digital, aprovechar los acuerdos impositivos entre los países para pagar la menor cantidad posible de impuestos.
 

“Algunas empresas logran tasas de imposición de 3% o 4%. Estas situaciones son imposibles de explicar a los ciudadanos e insoportables para las empresas” que pagan sus impuestos, estimó el ministro francés de Finanzas, Pierre Moscovici.
 

Los últimos meses Google, Amazon o Starbucks fueron cuestionados por aplicar la optimización fiscal. Por ello la OCDE propone a los países del G20 obligar a las empresas a proveer aún más informaciones sobre la repartición geográfica de sus ingresos, reforzar los intercambios de información entre países y controlar mejor la utilización de las filiales en el extranjero en las estrategias fiscales.
 

El objetivo es que el conjunto del G20 apruebe el plan, respaldado por Alemania, Gran Bretaña, Francia y Rusia. Y que luego se apliquen las medidas dentro de los próximos dos años.
 

“La aplicación de estas medidas en un sólo país o un grupo de países no dará resultados”, advirtió el ministro ruso de Finanzas Anton Siluanov.
 

En la última reunión de abril, los ministros de Finanzas se habían concentrado en el intercambio de informaciones y el secreto bancario. Se trataba entonces de “hacer respetar la ley”, pero con este nuevo plan se trata de modificarla cambiando “las reglas que permiten pagar pocos impuestos”, explicó el secretario general de la OCDE, Ángel Gurría.
 

Las grandes potencias prevén también analizar la situación de la economía mundial, en particular las políticas fiscales. Antes del comienzo de la reunión, Estados Unidos, que querría ver a sus socios comerciales con una mejor salud económica, quiso centrar el debate en el desempleo.
 

“La prioridad debe ser poner a trabajar a la gente”, sostuvo el secretario estadounidense del Tesoro, Jacob Lew, en un artículo publicado en el Financial Times. Jacob Lew se refería a la zona euro, sumida en la recesión, a quien le pide “recalibrar” las políticas de austeridad.
 

Este llamado amenaza con chocar con la oposición de Alemania, que continúa insistiendo en la reducción de la deuda pública y desearía que se adopten nuevos objetivos como fue el caso en la cumbre de Toronto de 2010.
 

Los países desarrollados se habían puesto de acuerdo entonces en aplicar planes fiscales para reducir al menos a la mitad el déficit para 2013 y estabilizar o reducir los ratios de la deuda pública para 2016.
 

Pero el mensaje de Estados Unidos se dirige igualmente a China, a quien le pide medidas para sostener “el consumo de una clase media cada vez mayor” en momentos en que se frena el crecimiento de la segunda economía mundial.
 

Para poner en marcha una mayor cooperación de los países en lucha contra el desempleo, los ministros de Trabajo del G20 se reunieron el jueves y el viernes, también en Moscú. Por su lado, los países emergentes cuestionarán seguramente a Estados Unidos sobre su política monetaria y la eventual reducción de las ayudas a la economía.
 

La inyección de liquidez en EE. UU. generó importantes flujos financieros hacia los mercados emergentes, que temen que esta fuente se frene. Se trata de un “tema clave” de la reunión, estimó Siluanov que reclamó una política monetaria “clara y previsible”. El tema figura en la agenda de la cena de ministros y banqueros del viernes por la noche.

Tomado de:portafolio.co