Si bien el gobierno tiene trazada una política fiscal, social y de prosperidad, con el desarrollo de unos sectores líderes, este plan de choque destina $2,1 billones  para construcción y financiación de vivienda, $1,9 billones para comercio e industria, $711 mil millones para construcción de infraestructura y $545 mil millones para el agro.

 

Para  la industria, se destacan medidas como la de prorrogar por dos años la posibilidad de importar materias primas y bienes de capital sin arancel, con el ánimo de ampliar la oferta de productos. Complementariamente se anunció cupo de crédito de Bancóldex con destino a la modernización industrial, que se requiere para mejorar nuestra competitividad.

 

La falta de infraestructura es una de las grandes dificultades para el crecimiento económico, lo cual impacta prácticamente la totalidad de los sectores.  El plan contempla anticipar vigencias para recuperar y rehabilitar vías secundarias, que tanto atraso ha generado al país, con sobrecostos pavorosos de transporte. Es necesario agilizar las obras viales.

 

Dentro del anunciado plan de impulso a la productividad y el empleo, el sector agropecuario será beneficiado principalmente con medidas cambiarias para frenar el impacto de la revaluación y del contrabando; y con, línea de crédito para inversiones agrarias.  Si bien es positivo, no parece suficiente; se requiere de una política integral que incluya propiciar una economía regional hacia la competitividad.

 

Ahora bien, los sectores masivos en generación de empleo son el agro y la construcción  de vivienda, por ello de forma acertada gran parte de los recursos  y su estrategia están destinados a estas actividades. El trabajo en el campo detiene los desplazamientos y mejora la calidad de vida de las regiones. A su turno, por cada casa que se construya se generan de dos a tres empleos directos.

 

La construcción es el sector que más influencia tiene en la economía como un todo. La producción de materiales de construcción anima la industria, la gestión de construir vivienda toca el comercio e impacta el sector de servicios, especialmente los profesionales, financieros e inmobiliarios; generando más empleos.  Por ello, es pertinente utilizar la construcción como instrumento de política y particularmente para el crecimiento de la actividad industrial.

 

El subsidio a la tasa para financiar vivienda nueva a largo plazo es positivo porque anima la demanda; la reducción de 12.5% a 7% tiene sentido por el buen comportamiento de la cartera hipotecaria y la valorización inmobiliaria que es su garantía. Nunca en la historia habíamos tenido tasas de financiación tan bajas, por ende el mejor momento para adquirir vivienda con crédito. Proveer más recursos para subsidios familiares de vivienda para hogares de estratos 1 y 2, son medidas necesarias que deben además incorporarse como una política de estado.

 

Para finalizar, la economía tarda en asimilar algunas de estas medidas, las que tienen que estar alineadas con políticas regionales para que logren el efecto deseado. La generación de empleo es el más formidable instrumento para crecer la economía.

Tomado de: larepublica.co