Empezar una empresa es la labor más ardua en el mundo de los negocios y quienes emprenden ese reto generalmente tienen muy claro hacía donde quieren llegar, por eso es recomendable hacerse las siguientes preguntas.
¿Sé a dónde voy?
Se traduce en tener ideas concretas, estudiarlas a fondo, que tengan contenido innovador capaz de generar un elemento diferenciador. El mercado está lleno de tantas propuestas que quien quiera emprender un negocio debe ser capaz de generar interés.
¿Soy capaz de planear?
Quien se acostumbra a planear tiene la virtud de tener el control administrativo y financiero sobre la organización. La ausencia de planificación es la causa principal del fracaso de la mayoría de las empresas según los expertos.
¿Sé tomar decisiones?
No es solamente tener la capacidad de decidir, sino también de poder visualizar las probables consecuencias que producirá la decisión que se tome. Para ser empresario es clave tener iniciativa y visión de lo que se quiere.
¿Soy capaz de trabajar en equipo?
Si la empresa se va a montar en solitario o con socios, la capacidad que se tiene para trabajar con otros deber ser evaluada a fondo. La falta de entendimiento ha hecho que muchas ideas no prosperen y se queden sin ser ejecutadas, o peor, hay empresas que se materializan pero se estancan por falta de conceso.
¿Estoy dispuesto a asumir riesgos?
Los errores siempre van a estar presentes pero la clave es no dejarse intimidar por ellos sino todo lo contrario: tener la capacidad de convertirlos en oportunidades para iniciar a concretar una nueva idea.
¿Soy buen comunicador?
Los clientes, proveedores y empleados necesitan tener claro las políticas de la empresa y saber como funciona, es necesario saber de estrategias para vender la empresa y generar confianza entre todos los que intervienen en ella.
Tomado de: cuadresubolsillo.com