Las evaluaciones de desempeño laboral no son como el boletín de calificaciones en el colegio o la universidad. Así lo establece el autor del libro Business Without the Bullsh*t: 49 Secrets and Shortcuts You Need to Know, Geoffrey James, en el Business Insider.

James da algunas pautas para saber cómo afrontar e interpretar el antes, durante y después de un examen de desempeño laboral. En primer lugar, no se deben endiosar los reconocimientos en dinero. Hay que tener en cuenta que un aumento de sueldo no necesariamente habla de un buen ejercicio en el pasado. Por el contrario, podría verse como una inversión en el potencial valor que el trabajador representa para la empresa. Es decir, incentivar y persuadir a un mejor rendimiento laboral.

Asimismo, es una medida que varía dependiendo de lo probable que sea que el empleado se lleve su talento a otra parte. Por lo tanto, en el caso de un trabajador feliz y a gusto con su puesto es menos probable que este reciba un aumento, pues su permanencia en la institución está más o menos asegurada.

Las empresas son conscientes de que la competencia por el talento ha venido creciendo y que las personas cada vez más aspiran por algo mejor. Alistair Cox, CEO de Hays, reclutadora de recurso humano, afirma que durante el último año se ha visto un aumento significativo en los deseos de las personas por cambiar de trabajo, lo que demuestra que la competencia por el talento también está aumentando.

Hay que convencerse de que las lógicas de las evaluaciones de desempeño son todo lo contrario a un examen a los que se estuvo acostumbrado en la época de estudiante. Son negociaciones. Por lo tanto, lo ideal es que se llegue a un acuerdo con el jefe respecto a qué tan valioso es el trabajo del empleado. Y hay que preguntar. Deje claro cómo va a ser la examinación, qué se espera de su desempeño y cuál va ser el reconocimiento.

La comunicación es indispensable. Deje por escrito los compromisos que se adquieran. Por ejemplo, envíele un correo a su superior agradeciendo el tiempo que tuvieron para hablar sobre las expectativas de su trabajo y recuérdele las responsabilidades que se discutieron de parte y parte. James también recomienda ir reportando vía e-mail los avances que del lado del trabajador se hagan sobre esos compromisos. Si no se discute constantemente al respecto, el jefe olvidará todo lo que se pactó.

Ahora, ¿cuántas veces su jefe le ha pedido que escriba las cosas por él o ella? Si lo mismo ocurre con su evaluación, no desaproveche su oportunidad. Resalte con honestidad los logros que ha alcanzado. Así su superior no esté de acuerdo con que usted escriba su autoevaluación, hágala de todas formas y sugiérala como puntos para tener en cuenta.

Una vez se haga el examen y que los resultados sean positivos, no aborde el tema del aumento de una vez. Preocúpese primero por qué avances se esperan de usted en el futuro. Eso llamará la atención sobre el valor adicional que usted le traerá a la empresa, lo que probablemente incida en una decisión sobre ascenderlo o subirle el sueldo.

Justo después de la evaluación vuelva a compartir con su jefe por correo electrónico las conclusiones y compromisos. El ciclo vuelve a empezar.

tomado de:https://www.elespectador.com/noticias/economia/preparar-e-interpretar-evaluacion-le-hace-su-jefe-articulo-512715