En la primera mitad de 2013, los usuarios de Master Card en Latinoamérica y el Caribe utilizaron sus tarjetas para cerca de 2,5 mil millones de compras y pagos en efectivo.

Así lo indicó el gerente de la firma para esta región del mundo, el brasileño Gilberto Caldart, quien explicó que los movimientos generaron un volumen en dólares de 164 mil millones.

Caldart, quien se incorporó a Master Card en el 2008 proveniente de Citi Brasil, es desde agosto la cabeza en América Latina de esta firma.

En Colombia, dice, Master Card tiene el terreno abonado para crecer, pues solo el 10 por ciento del consumo de los hogares se paga a través de medios electrónicos.


¿Cuáles son sus principales retos?

Una de las cosas importantes cuando tomas un nuevo trabajo es mantener las cosas que están yendo muy bien y, claramente, hacer cosas nuevas; pero yo creo que Latinoamérica ha tenido un éxito muy grande, es una región que para Master Card es importante. Nosotros, en Latinoamérica representamos como el 8 o 9 por ciento de la compañía globalmente, hemos sido uno de los motores de crecimiento de Master Card global.


¿Qué aplicará en el resto del continente de esa experiencia en el Citi?

En Brasil hemos tenido un éxito muy grande. En estos últimos cuatro años que estuve a cargo del Citi, Brasil se transformó en el mayor mercado para Master Card fuera de Estados Unidos y ha tenido una trayectoria muy exitosa de desarrollo en la industria de medios de pago donde Master Card fue uno de los protagonistas.

Parte del crecimiento de Master Card en América Latina pasa por el crecimiento del mercado en el territorio brasileño.


¿Y a Colombia cómo la ve dentro de esa estrategia de crecimiento?

Yo creo que Colombia es, claramente, uno de los que tienen más potencial. México también y Perú es un mercado pequeño con un potencial de crecimiento muy grande.

Claro que Brasil continúa siendo un mercado que tiene un gran potencial.

Estoy convencido de que que, en general, Latinoamérica, como un todo, tiene un potencial de crecimiento muy grande, debido a la baja penetración de las tarjetas.


¿Por qué dice que Colombia es uno de los que tiene mayor potencial?

Colombia está hoy en alreddor del 10 por ciento en el pago que hacen las familias a través de medios electrónicos.

Un mercado desarrollado está con 50 o 58 por ciento.

Brasil está en 25 por ciento, hace 5 años estaba con 12 por ciento, muy similar a como está hoy Colombia.


¿Cómo ha sido la legislación de Brasil que le ha permitido crecer tanto?

En el caso de Brasil, la regulación ha promovido la competencia.

Nosotros tenemos una creencia de que la competencia tiene la capacidad de encontrar los mejores equilibrios.


¿Qué tanto se puede crecer en esta parte del mundo?

Si se mira a Latinoamérica, el porcentaje de pagos que son hechos con efectivo está alrededor del 85 por ciento.

Nuestra gran misión es reemplazar a ese gran competidor que es el efectivo.

El reemplazo del efectivo es bueno para todos, los medios de pago electrónicos son mucho más eficientes, formales, rápidos y promueven más comercio que el efectivo.


¿Es malo el efectivo?

El efectivo siempre está asociado a otros tipos de situaciones; uno, la parte de evasión fiscal; dos, corrupción, no tienes corrupción que se paga con tarjetas, la corrupción siempre se paga en efectivo.

Si miras, para los comercios también hay un costo muy grande, la seguridad, el robo, el transporte, todo eso tiene un costo importante.

El Gobierno también paga un costo, que es la economía informal, el lavado de dinero y el costo para la sociedad, porque hay que imprimirlo; según estudios ese costo va de 0,5 a 1,5 por ciento del PIB.


¿Eso ya funciona en Colombia?

Está muy cerca, estamos en pilotos con algunos de nuestros aliados para desarrollar este tipo de tecnología. Esos procesos de adopción de nuevas tecnologías tienen unas curvas de aprendizaje y eso se va dando.


CÓMO HACEN LA PROMOCIÓN LAS TARJETAS

Eso depende mucho de los mercados; nosotros hablamos con los bancos, con los gobiernos y con todos los que tienen intereses en la inclusión financiera.

Trabajamos en llegar de la mano de las entidades financieras, e incluso de otros jugadores a segmentos de la población donde tradicionalmente hoy no tienen un medio de pago electrónico.

Estamos trabajando con nuestros grandes aliados en el desarrollo de esas estrategias de llevar a los clientes a cambiar su comportamiento.

Los aparatos que vemos en las cajas registradoras por donde pasan las tarjetas de crédito o débito se vuelven en unos aparaticos tan pequeños que se pueden pegar a un teléfono inteligente y simplemente el teléfono se vuelve en un punto de pago en un taxi o en cualquier otro tipo servicio.


Álvaro Lesmes

Economía y Negocios

Tomado de: portafolio.co