Una meta se le plantea a un grupo. Luego todos se ponen de acuerdo. Se determina lo que se tiene que hacer para alcanzarla. Se hace. Y así se logra. Suena simple. Cada persona o empresa decide alcanzar metas de todos los tipos imaginables, cosas como tener la pareja ideal, ganar más dinero, comprarse una casa, aumentar las ventas, terminar sus estudios o bajar de peso. Son muy conocidas.

Lo curioso es que muchos no las alcanzamos, uno se descorazona o se decepciona y al final solo ‘sueña’ con lograr algo. Los sueños son muy importantes, pero vivir soñando sin actuar no sirve de nada.

¿Existen factores de los que está hecho cualquier proceso de logro de metas? Sí, existe una fórmula matemática descubierta por L. Ronald Hubbard, un ingeniero norteamericano que dedicó su existencia a estudiar los factores propios de la vida. La formula es: ser, hacer y tener.

Cómo funciona esta ecuación se puede ver con un ejemplo: digamos que la persona quiere tener el cuerpo perfecto, eso sería la meta, eso estaría en la sección ‘tener’, ¿Entonces que tiene que ‘hacer’?, pues dieta y ejercicio básicamente.

Ahora, ¿quién tendría que ser?, de manera que siendo eso, haría lo que se tiene que hacer para que logre el resultado, pues tendría que ser disciplinado, constante, autocontrolado. Si la persona es perezosa, esto no le ayuda a que haga lo que se tiene que hacer para que pueda tener el resultado.

Veamos el concepto: tener es poseer o disfrutar algo, también es algo que se quiere lograr (meta); hacer es la acción, ejecutar, realizar, y ser… pues ser, es un punto de vista. Las personas ‘somos’ de acuerdo con un punto de vista. Si es perezoso, ¿esto qué significa? que la persona asumió el punto de vista de ser perezoso, un día de estos se cansa de ser así y cambia su punto de vista. Entonces ahora ya no es más perezoso, por lo tanto hace otras cosas y tiene otro resultado.

El problema de las metas se fundamenta en que la persona sea capaz de cambiar su propio punto de vista, sea tan dueña de su punto de vista que pueda asumir el punto de vista que se le antoje.

¿Cómo funciona esto en las empresas? Funciona así: el gerente plantea la meta a alcanzar, la gente tiene su propio punto de vista (esta en todo su derecho de tenerlo), pero no habla de eso, solo considera que al gerente le falta un tornillo o que es irreal o algo así; sin embargo, luego de un buen discurso, el gerente pregunta: “¿Vamos a lograr la meta?” y la gente responde en coro: “sííí”, pero por dentro dice “nooo”, y cuando salen de esa reunión y van a trabajar, el trabajo se convierte en una estrujadera diaria para que el grupo se mueva hacia la meta, ¿por qué?, porque cada uno tiene su propio punto de vista y apunta para otro lado.

“No estamos alcanzando las metas de ventas”, “El rendimiento no llego a los índices esperados”, “Este mes solo rebajé medio kilo a pesar de mi esfuerzo”. ¿Qué es todo esto? Dolo puntos de vista (derrotistas o lo que sea), pero al fin y al cabo, puntos de vista.

Lo usual es recibir comentarios (propios o de otros) que tumban el entusiasmo que uno podría tener con la meta en un principio. “Eso es muy caro” o “Usted tiene que tener metas reales, no sueños de opio”, “Se la fumó verde”, etc. Terminan por convencerlo a uno de que sus metas o sueños son solo eso: “sueños de opio”.

Las metas no tienen que ser reales o con los pies en la tierra. Conocemos muchas historias que demuestran que un sueño no necesita nada de real o aterrizado, y a pesar de haberlo visto con precisión, seguimos por dentro convencidos de que no se puede.

La gerencia necesita una estrategia para lograr que la mayoría o todos estén realmente de acuerdo con lograr la meta planteada, esto se logra involucrando al grupo de forma que estén de acuerdo con participar, tiene que ver más con preguntar a cada uno como podría ayudar desde su puesto a lograr la meta que en venderle la idea.

Una meta se plantea. La gente que la va a alcanzar se pone de acuerdo (punto de vista). Se determina lo que se tiene que hacer para alcanzarla (planeación). Se hace lo que se tiene que hacer (ejecución y supervisión). Entonces se logra (premios y festejos). Se plantea la siguiente meta. Es todo. Sigue sonando simple, ¿verdad? Pues se puede lograr sin importar de qué se trate.

Tomado de:  Portafolio.co