Las utilidades son una bocanada de aire financiero para muchos trabajadores, pero también una gran tentación que lleva a desenfundar la cartera ante los aparadores.

Recuerda que es un derecho constitucional que tiene el empleado (hay excepciones claro) y que debe pagarse a más tardar el 1 de mayo de cada año, tratándose de personas morales (empresas), y como máximo el 29 de junio en caso de personas físicas.
 

Además del pago de deudas, este ingreso extraordinario también puedes destinarlo a inversiones que den más seguridad para ti y tu familia.
 

Expertos financieros recomiendan que antes de utilizar este dinero, debes ubicar en qué etapa financiera de tu vida te encuentras, pero si decides invertirlo necesitas checar las comisiones, los rendimientos, la transparencia de la entidad con la que adquirirás el producto financiero y los plazos en que puedes disponer de tus recursos.
 

El director de Productos de Inversión de HSBC México, Esteban Martínez Varela, indicó que todo inversionista, desde el empleado de a pie hasta el gran ejecutivo, debe responderse tres preguntas básicas: cuáles son sus metas, qué plazo tiene para cubrirlos y cuál es su perfil de inversión.
 

No se trata sólo de buscar rendimientos por todos lados, destacó.
 

“Hay que entender que se deben tomar acciones hoy para tener un mayor beneficio en el futuro (…), hay que tener un equilibrio muy sano entre la parte de créditos e inversiones y buscar aquellas que cubran objetivos de largo plazo, como el tema de la vejez y la educación”, explicó.
 

Diversificación, la clave
 

Martínez Varela recuerda que independientemente de su naturaleza, la inversión elegida debe pagar al menos una tasa por arriba de la inflación.
 

Explicó que variables externas, como las situaciones económicas de otros países, o internas, como las bajas tasas de interés, hacen que los diferentes productos de inversión tengan volatilidad (movimiento de los precios).
 

Ante ello la diversificación es fundamental; es decir, no hay que poner todos los huevos en la misma canasta.
 

“Un producto bien diversificado maximiza rendimientos y minimiza riesgos”, indicó.
 

Juan Sherwell Cabello, director de EGADE Business School del Tecnológico de Monterrey, Campus Estado de México, coincidió en que se debe tener un portafolio de inversión balanceado.
 

“Que el dinero no esté concentrado en el papel o los bonos de una sola compañía, que esté en empresa de diferente tipo, en bonos gubernamentales e incluso en la Bolsa, porque ésta siempre va a pagar más en el largo plazo que los bonos”, apunta.
 

Ante el bombardeo mediático de las entidades financieras que ofrecen sus servicios, el académico resalta las siguientes recomendaciones:
 

*Liquidez. Hay que revisar los plazos que ofrece la institución para disponer del dinero invertido.
 

*Respaldo institucional. Se debe verificar que la empresa está avalada por la Comisión Nacional Bancaria y de Valores y dudar de las que ofrezcan esquemas de rendimientos exagerados.
 

*Comisiones. Tener claridad sobre los cobros que  aplica la empresa por reorganizar o modificar un portafolio.
 

*Asesoría técnica y transparencia. El usuario debe contar un apoyo profesional para armar y entender un portafolio así como acceso a información.
 

*Riesgo. Dependerá del perfil del usuario; un adulto joven en edad productiva puede inclinarse por instrumentos que den grandes rendimientos, pero con riesgos fuertes, en cambio a una persona cercana a la jubilación le conviene más instrumentos con menores beneficios, aunque más seguros.

tomado de:cnnexpansion.com