Las líneas de consulta de la Dian no dejaron de repicar ayer, cuando se dio inicio a los vencimientos para el pago de los anticipos del IVA, solicitados por la entidad recaudadora, luego de aprobarse la reforma tributaria, en la que se estableció que tendrían que aportar los recursos con periodicidad.

Ingresos brutos mayores o iguales a 2,3 mil millones anuales deben hacer la declaración del IVA bimestralmente; ingresos de 2,3 mil millones hasta 390 millones, cada 4 meses, y empresas con ingresos menores a 390 millones, cada año.

Para Pablo Cuecha, asesor contable y tributario, “estos anticipos, que son del 30 % de los IVA que se pagaron en el 2012, afectan el flujo de caja de las pequeñas empresas”.

Una empresa que el año pasado solo generó una factura, por la cual pagó un IVA de 52 millones de pesos, entre esta y la otra semana tendrá que hacer un anticipo de 15 millones de pesos.

“Es posible que la declaración de IVA del 2013 le salga en cero, con un saldo a favor, pero el contribuyente tendrá que aportar anticipadamente a la Dian recursos con los que podría trabajar en el presente.

Se trata de empresas pequeñas que no tienen aseguradas sus posibilidades de facturar mucho”. Además, agrega Cuecha, las devoluciones nunca son del 100%, lo que les sigue restando capital a las pequeñas empresas.

Estadísticas de la directora de gestión de ingresos de la Dian, Cecilia Rico, indican que al año se reciben 2’126.064 declaraciones de IVA. “Con el cambio que se hizo con la reforma tributaria, se espera que solo se entreguen 631.550 declaraciones”. Para ella, la medida “facilita a los contribuyentes el cumplimiento de esta obligación.

Es un alivio porque no va a tener una erogación de su flujo de caja cada dos meses, sino tres veces en el año, en el caso de los que declaran y pagan cuatrimestralmente”, concluyó.

MÁS CARGAS INNECESARIAS

Con respecto a esta medida, un empresario que preside una pequeña empresa señala que “cobrar IVA sobre ingresos no facturados es un despropósito en cualquier empresa, pero más en una pyme.

Es quitarles valioso capital de trabajo y usarlo para anticipar impuestos sobre facturación que puede que ni se de durante el año”.

También, las pymes se ven forzadas a contratar contadores para que presenten devoluciones ante la Dian, lo que implica “más cargas innecesarias para las empresas que, por su naturaleza deben optimizar su eficiencia para ser exitosas”.

Tomado de:portafolio.co