El marco conceptual de las Normas Internacionales de Información Financiera –NIIF- juzga que la información muestra fielmente las operaciones cuando se contabilizan y se presentan de acuerdo con su fondo y realidad económica y no solamente por su forma jurídica.

 

La preferencia del fondo sobre la forma expone el papel importante de algunos conceptos NIIF, como son la noción de control y beneficios económicos futuros que se disuelven del concepto de propiedad jurídica. Para ejercer el control sobre una entidad basta con tener capacidad de decisión de sus políticas financiera y de la explotación con el fin de obtener beneficios económicos de sus operaciones.

 

El auditor externo al ser totalmente ajeno a la empresa, conoce poco de la realidad económica de la entidad, su valoración puede estar limitada a la información que pueda recopilar, por otro lado, depende en absoluto de la cooperación que el auditor pueda obtener de parte de los auditados, su evaluación, alcances y resultados pueden ser muy limitados.

 

A su vez, el auditor interno su veracidad, alcance y confiabilidad puede también estar limitada y alejada de la realidad económica, debido a que puede haber cierta necedad por parte de la burocracia de la entidad sobre la forma de evaluar y emitir el informe. En ciertas ocasiones la opinión del auditor no es absoluta, debido a que, al laborar en la misma entidad donde realiza la auditoria, se pueden presentar presiones, compromisos e intereses al realizar la evaluación. Por otro lado, es posible que se presenten vicios de trabajo del auditor con bastante frecuencia, ya sea en la forma de utilizar las técnicas y herramientas para realizar la auditoria, como en la forma de evaluar y emitir su informe.

 

Vale decir, que en algunos países priman las normas y conceptos sobre la realidad y la contabilidad. Las normas y conceptos son indicadores para llevar al auditor a la realidad, pero cuando llegue, tiene que intuirla o experimentarla directamente. Las normas son estáticas y la realidad fluye. En el momento en que las cosas se ponen en una norma o concepto, dejan de fluir. La realidad es una totalidad, sin embargo las normas, conceptos y palabras la fragmentan. De ahí que sea tan difícil traducir normas internacionales de un idioma a otro, porque cada idioma fragmenta la realidad de manera diferente – le agregan o quitan algo-. Por ejemplo es difícil traducir la palabra inglesa “home” al francés o español. La palabra española “casa” no es exactamente “home” que tiene asociaciones que son especificas del idioma inglés.

 

En resumidas cuentas la última barrera para llegar el auditor a la realidad es la palabra realidad, el concepto realidad. No hay necesidad de ser un filósofo para comprender que la realidad es algo que no puede captarse con las palabras y conceptos. Para conocer la realidad uno tiene que conocer más allá de todo conocimiento.

 

Mauricio Guillermo Díaz Villate

 

Contador Público Universidad Central, Especialista en Ciencias Tributarias Universidad Central, Diplomado Contabilidad Internacional y Modelo Contable Internacional NIC – NIIF, curso finanzas para los negocios con aplicaciones en Excel, Universidad Nacional de Colombia; con más de 20 años de experiencia en Revisoría Fiscal y auditorías integrales, lograda en entidades públicas, privadas y en firmas de auditoría nacionales e internacionales. Colaborador de Auditool.

 

Bogotá D.C., Colombia

Tomado de: https://www.auditool.org/blog/auditoria-externa/3148-el-auditor-y-la-realizad-economica